Summary: | En mi deseo por mostrar una nueva perspectiva tanto en Cárcel de Amor como en La Celestina, encontré un artículo que encierra muchas de mis ideas sobre estas dos obras medievales: “El Ojo de la Mente”, escrito por Michael Rifaterre. Para Rifaterre lo que realmente importa en la intertextualidad de los ibros medievales es el hecho de que se busca un texto homólogo, se hacen asociaciones a textos ya conocidos, se apela a los archivos mentales tanto del lector como del escritor. En otras palabras, la memoria es el estilo que sirve para presentar el contenido. Esto para mí es una perspetiva fascinante que me hizo ver muchas obras desde puntos de vista diferentes. Si la memoria es un determinante de estilo y un elemento influyente en el contenido, la memoria define en gran parte tanto el estilo como el contenido. Empecé por considerar a La Celestina a partir de esta premisa y me pareció más abstracta que nunca. Pensé como Gilman en su libro Arte y Estrutura, que la obra es un continuum de la conciencia, es conciencia hablada. Reduje los personajes a imágenes a movimientos de pantomima como hizo Dorothy Clarke en su libro, Decalogue and Deadly Sins in La Celestina. Concluí como Lida de Malkiel que la obra da suficiente tiep para que se comunique una noción de realidad y de verosimilitud psicológica, no para el desarrollo emocional de los personajes como piensa Malkiel, sino un tiempo suficiente para afianzar un concepto en la memoria. Visto desde un ángulo menos abstracto, el hecho de que a memoria es determinante de estilo y contenido acercó en mi opinión a La Celestina más al género de la novela. Me hizo considerar aspectos como el narrador fidedigno y la narración confiable o no confiable en una obra que según algunos, no tiene narrador. En Cárcel de Amor encontré el primer juicio por jurado de las obras medievales que he leído. En esta obra vi una clara separación, casi simétrica entre lo que es real y lo que es abstracto. Pasamos de lo abstracto a lo concreto para recordar algo. Tenemos una prisión alegórica y una real, un duelo alegórico y uno real, las armas del alma pecadora y las armas que matan al hombre, el rey que es Dios y un rey que está en una corte real, el juicio final que propone la teología cristiana y un juicio por jurado en el que la memoria juega un papel muy importante. La memoria prevalece por sí sola en estas obras. Llega a ser un elemento de narración, y un marcador de identidad. En el aspecto religioso, cumple una función moral. En el aspecto humano da nuevas dimensiones a los personajes. En el aspecto literario es un fuerte marcador de estilo y contenido que abre nuevas puertas a la interpretación de estas obras.
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