Summary: | Seminario para optar al grado de Licenciado en Comunicación Social === Sintetizando los planteamientos de Ignacio Ramonet , se tiene que, desde finales de los ochenta, tres dimensiones que caracterizan a la información han sufrido importantes alteraciones. Los cambios se han generado en los ámbitos de la tecnología, la economía y la retórica y han conllevado a que los medios de comunicación también se modifiquen.
La transformación tecnológica que se ha producido es tan importante que se le ha comparado con la invención de la imprenta. La incorporación de las nuevas tecnologías, que han invadido sobre todo la manera de comunicar desde hace cinco o seis años, ha generado la llamada revolución digital, la era de Internet.
Los nuevos sistemas de comunicación han servido de soporte a la segunda revolución capitalista que se experimenta. En efecto, el 95% de los intercambios económicos del mundo son puramente inmateriales y se producen gracias a la transformación de la comunicación; en tanto, el restante 5% de las transacciones corresponde a la economía que produce bienes materiales (trigo, autos, petróleo).
Hace diez años o quince años, la diferenciación entre las empresas de la información era clara: existían industrias de la prensa escrita (papel y texto), industrias de la comunicación oral (la radio), e industrias de la comunicación mediante imagen (la televisión o el cine). Sin embargo, los tres sistemas de comunicación más dominantes –el sonido, la imagen y el texto– se han mezclado al punto de crear, por ejemplo, un teléfono móvil en cuya pantalla aparecen imágenes y textos. Por lo mismo, el que hoy produce una novela con su casa editorial, también puede hacer de ella una serie de televisión, difundirla por sus canales, hacerla presente en Internet, etc. De ahí que, en el plano económico, sea cada vez más difícil saber lo que es una empresa de comunicación.
La tercera dimensión que ha cambiado es la retórica ya que se está modificando el orden del discurso, es decir, lo que se dice. Hasta ahora, en el campo de la comunicación, había tres esferas autónomas que no se relacionaban con la especificidad de la comunicación del signo intercambiado (el sonido, la imagen o el texto), sino con la característica general de la comunicación. Existía un campo de la información —diarios, radios—, otro de la publicidad —comunicación publicitaria, marketing político— y otro de la cultura de masas —telenovelas, cine de ficción, novelas de gran circulación escrita, las tiras cómicas, o sea, una especie de cultura seleccionada por el mercado—.
No obstante, hoy cuesta distinguir cada una de estas tres esferas —que antes eran muy diferenciadas— y los principales rasgos de la cultura de masas o de la publicidad dominan el conjunto de los tres campos. En efecto, el periodismo está comportándose según las leyes de la cultura de masas en circunstancias en que era una práctica con un proyecto cívico de construcción de conciencia ciudadana.
“El modelo de comunicación que conocimos está desapareciendo a gran velocidad ante nuestros ojos, y tenemos cada vez más dificultades para distinguir la esfera de la información de la esfera de la cultura de masas” , en palabras de Ignacio Ramonet.
La mayoría de los grandes periódicos —particularmente los medios escritos— ya no están dirigidos por periodistas sino por expertos en administración y finanzas. Por tal razón, la empresa periodística actual se centra en sus relaciones con los clientes y, en consecuencia, actúa con el objeto de ganar cada vez más consumidores.
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