Summary: | Memoria para optar al título de Periodista === ¿Existe una identidad gastronómica chilena? Fue la pregunta que dio inicio a esta
memoria. El reconocimiento de una identidad culinaria parece ser, a los ojos de expertos
y críticos nacionales, una problemática que ha tomado fuerza en el ideario cultural de
nuestro país.
En los últimos años, la gastronomía y particularmente la gastronomía chilena se
han tomado con fuerza la escena mediática. El éxito de programas como Master Chef, de
Canal 13, dio pie para que en los medios de comunicación se converse constantemente
de cocina e identidad. Matinales, noticieros, periódicos y radios han incorporado platos,
encuentros y conversaciones en sus pautas, en torno a sabores y preparaciones de un
Chile popular y rico en productos y sabores.
Sin embargo, este escenario también ha fomentado el establecimiento de una
problemática en torno a lo que los chilenos reconocemos como propio y cómo se
construye una identidad culinaria capaz de presentarse ante el mismo Chile y el mundo.
Personalmente la cocina me ha interesado desde muy niña. Tuve la suerte de
criarme en una casa donde la buena mesa se disfrutaba día a día. Una buena mesa que
más allá de lo novedoso y sofisticado, poseía sus raíces en la sazón y en los sabores que
hasta hoy me transportan a momentos y recuerdos únicos.
Aprendí a cocinar diferentes preparaciones y platillos durante mi adolescencia.
Fue en este período cuando tuve la oportunidad de experimentar y perfeccionar técnicas
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y sabores y, por sobre todo, hacerme una amante de la cocina y en especial de la cocina
chilena.
La comida tiene una capacidad de reunión fascinante. Fiestas y celebraciones
rodean preparaciones que desde lo más simple hasta lo más complejo buscan expresar
emociones y cariño a nuestros cercanos, pero que también hablan de una historia
personal y familiar, propia y colectiva, que se reúne en torno a una mesa.
Esta memoria se basó principalmente en la entrevista a expertos ligados al
mundo de la cocina desde sus diferentes aproximaciones, chefs, críticos gastronómicos y
otros estudiosos, con el fin de responder la pregunta planteada inicialmente.
Fue en la búsqueda de esta respuesta donde me encontré con una riqueza cultural
y social en torno al patrimonio alimentario de nuestro país. Un patrimonio forjado por la
abundancia de productos con la que goza nuestro territorio, la influencia de nuestras
etnias y grupos originarios y la historia de un país producto de un proceso colonial
diverso.
Recién iniciada la acción de recopilar antecedentes, comprendí que la tarea
estaba más allá de intentar encontrar una definición, e iba a la par con reconocer aquello
que conforma esta identidad y cómo ésta se expresa hoy en un Chile más moderno y en
constante movimiento.
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