Summary: | El estudio realizado consistió en la evaluación del comportamiento térmico de viviendas,
considerando el concepto de inercia térmica.
Esto se llevó a cabo bajo dos puntos de vista, uno experimental y otro teórico basado en modelos
computacionales 3D.
El trabajo experimental se realizó en una caseta de albañilería de 9 m2
donde se evaluaron tres
indicadores, el FRO o factor de reducción de la onda térmica, que mide el porcentaje de la
amplitud de la onda exterior que se reduce al atravesar la envolvente, el FDT o factor de
disminución de la temperatura, que corresponde a la razón entre la temperatura máxima interior y
la temperatura máxima exterior y el desfase, que se entiende como la diferencia temporal entre
las máximas temperaturas exterior e interior. Estos tres indicadores se compararon considerando
tres parámetros fundamentales: radiación solar, masa interior y ventilación. De este análisis es
importante mencionar que la incorporación de masa al interior de la caseta de prueba contribuye
satisfactoriamente al amortiguamiento y a la reducción de las temperaturas máximas, pero éste
comportamiento mejora aún más cuando se le permite a esta masa enfriarse durante las horas de
baja temperatura y para ello la ventilación nocturna forzada mostró los mejores resultados.
Para el desarrollo teórico, se modelaron distintos tipos de viviendas de prueba, viviendas con
muros de albañilería, prefabricados y mixtos (albañilería aislada, en un caso por la cara interior y
en el otro por la exterior). Los modelos se evaluaron respecto de sus demandas energéticas
anuales en cuatro distintas ciudades de Chile: Antofagasta, Santiago, Concepción y Punta Arenas.
De las cuales el caso crítico se produjo en Santiago, ya que fue en ella donde se registraron las
mayores demandas anuales y la única con demanda de refrigeración para todos los modelos
analizados. Para ésta condición precordillerana, resultó el modelo de masa con aislación exterior
aquel con menor demanda de calefacción y refrigeración. Respecto de los modelos de albañilería
y prefabricado, el primero tuvo un mejor comportamiento durante los meses de verano y el
segundo durante los meses de invierno.
Es importante mencionar, a modo de conclusión, que la mejor forma de distribuir la masa al
interior de la vivienda es contigua al muro perimetral y cubriendo la totalidad de su superficie
interior, y por tanto, considerar un muro de material pesado con aislación exterior, responde
exactamente a esa idea. Este trabajo respalda tal concepto y confirma la importancia de
considerar este efecto de inercia en el diseño de viviendas en zonas de altas oscilaciones térmicas.
Junto con lo anterior, además se evidencia la factibilidad técnica y económica de utilizar de mejor
forma concepto de inercia térmica a posteriori, es decir, en viviendas de material pesado ya
construidas, implementando sistemas de aislación exterior.
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