Por obligación de conciencia. Los misioneros del Carmen Descalzo en Urabá, Colombia. Siglo XX
Entre 1918 y 1941, miembros de la orden católica de los Hermanos descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, corrientemente los Carmelitas Descalzos, evangelizaron por delegación del gobierno colombiano, a la población indígena y negra de la región de Urabá, como parte de la vincu...
Main Author: | |
---|---|
Other Authors: | |
Format: | Doctoral Thesis |
Language: | Spanish |
Published: |
Universitat Rovira i Virgili
2003
|
Subjects: | |
Online Access: | http://hdl.handle.net/10803/8407 http://nbn-resolving.de/urn:isbn:8468984957 |
Summary: | Entre 1918 y 1941, miembros de la orden católica de los Hermanos descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, corrientemente los Carmelitas Descalzos, evangelizaron por delegación del gobierno colombiano, a la población indígena y negra de la región de Urabá, como parte de la vinculación de la periferia al estado nacional. En sentido amplio, la investigación se sitúa en la coyuntura del "segundo impulso misionero", o sea la transición de los siglos XIX al XX, cuando el catolicismo y el protestantismo se expandieron con fuerza desde Europa hacia muchos países, entre ellos los latinoamericanos. La tesis interpreta en perspectiva fenomenológica, las narrativas de padecimiento de los misioneros, y las funciones y significados de dichas narrativas, a partir del análisis de libros y publicaciones periódicas, de entrevistas en profundidad y de diversos fondos de la orden, especialmente de correspondencia. La incorporación de los religiosos extranjeros fue un proceso salpicado por disputas jurisdiccionales con el clero local, agravadas por su percepción de la desventajosa relación con el entorno natural, que los acompañó hasta el final de su permanencia en la región. Este aspecto, plasmado detalladamente en la documentación misional, permite construir siguiendo la propuesta de Goffman, dos carreras de padecimiento: la del prefecto José Joaquín Arteaga y la de Fray Amando de la Virgen del Carmen, uno de sus subalternos. Se estudia la vida del prefecto Arteaga entre 1919 y 1926, cuando muere a causa de la malaria a los 48 años de edad, luego de cimentar la infraestructura de la misión. La existencia de Fray Amando se desenvuelve en Colombia desde 1914 a contracorriente de su vocación religiosa contemplativa, cuya tensión con el apostolado exterior se aborda en el texto. El fraile muere en 1947 de tuberculosis, a los 68 años de edad. El proyecto misional de los carmelitas descalzos, como muchos otros de la época, reforzó su legitimación recurriendo a la socialización de las penalidades sufridas en la jurisdicción misional. Se consolidó así un lenguaje compartido por los poderes públicos, la ciudadanía y los religiosos que implicaba el enjuiciamiento moral de la región de Urabá, pensada desde antaño como una densa y peligrosa selva, bordeada por un mar embravecido y sumida en la barbarie, que reclamaba la labor redentora de la misión. Más allá del impacto de los padecimientos en la biografía personal y de las prolongaciones en la gestión de la realidad social, la tesis ratifica acorde con la visión providencial de la historia propia del catolicismo, que la identidad del misionero como sufriente y su vocación por las almas, lejos de alcanzarse gratuitamente, exige la mediación del sacrificio personal. Aunque ambos personajes estudiados se ajustan en último término a la 'obediencia heroica y religiosa' - una de las varias maneras de cumplir con la doctrina de la obediencia - su permanencia en Urabá está cargada de ambivalencias y de dudas constantes. El desfase entre los imperativos de la institución religiosa y la preservación de la integridad individual da lugar a historias personales que revelan los diversos matices del sufrimiento entre quienes optan por la vía misionera. === Between 1918 and 1941, members of the Catholic Order of the Discalced Brothers of the Blessed Virgin Mary of Mt. Carmel, commonly known as the Barefoot Carmelites, undertook the evangelization of indigenous and black populations in the Urabá region, delegated by the Colombian government as part of an effort to connect the periphery with the nation-state. Broadly, this research refers to the "second missionary wave", that is, the transition period between the XIX and the XX Centuries, when Catholicism and Protestantism were forcefully expanding from Europe to many other countries, including those in Latin America. Employing a phenomenological perspective, this analysis examines chronicles relating to the hardships of the missionaries, and the functions and meanings of these narratives via books and periodicals, in-depth interviews and documentary sources of the Carmelite Order, and in particular correspondence. The arrival and integration of these foreign friars was a process involving conflicts of jurisdiction with the local clergy, aggravated by what the visitors perceived as their underprivileged relation with the natural habitat, a notion that never abandoned them throughout their stay in the region. Following Goffman's proposal, this aspect, fully documented in existing mission sources, allows us to reconstruct two streams of suffering: the experiences undergone by Prefect José Joaquín Arteaga and his subordinate, Friar Amando de la Virgen del Carmen. The thesis studies the life of Prefect Arteaga between 1919 and 1926, the year in which he died of malaria at 48, after laying down the mission's groundwork. Friar Amando arrived in Colombia in 1914 and from then on felt the tension between a contemplative religious vocation and his ministry in the outside world. He died of tuberculosis in 1947, at 68. The missionary project of the Barefoot Carmelites, like many at the time, reinforced its legitimacy through the socialisation of the suffering endured as missionaries. Thus a language was consolidated, shared by public authorities, inhabitants and members of the religious orders alike, that implied the moral judgement of the Urabá region, a place viewed even from before as a dense and dangerous jungle, surrounded by a raging sea and steeped in savagery, and thus in sore need of the mission's redeeming offices. Beyond the impact of the hardships experienced, and the way these sufferings were reflected in how social reality was tackled, this research ratifies, in accordance with the providential vision of the history of Catholicism, that the identity of missionaries as beings who assume pain as a way of life, and their vocation in the service of souls, far from being gratuitous demands the mediation of personal sacrifice. Although both friars in question ultimately adjusted to the canon of 'heroic and religious obedience' - one of the sanctioned ways in which to comply with the doctrine of obedience - their stay in Urabá was plagued with ambivalences and constant doubts. The breach between the imperatives of the religious order and self-preservation gives way to personal histories revealing the different shades of suffering that those opting for the missionary life endure. |
---|