Summary: | The thesis consists in constructing an itinerary through three fields ¿culture of science, architecture, theatre¿ and three authors ¿Aby Warburg, Aldo van Eyck, Jerzy Grotowski¿ on the basis of the idea of the montage. Its ¿methodological¿ reference ¿in spite of the inadequacy of any literal reference to the term ¿method¿ in this case¿ is Warburg¿s Atlas Mnemosyne; on the one hand, since it constitutes itself a materialization of de idea of montage and, on the other, since it converts the separator barriers between disciplines into permeable. Furthermore, Warburg¿s Kulturwissenschaft aims at re-founding the discipline of history of art on a new ¿or forgotten¿ basis. Its end is neither the artist nor the work of art themselves; on the contrary, the work of art ¿as any other cultural document¿ is a vehicle towards reconstructing the chain of human culture against the grain. Therefore, the purpose is to come to understand man as a phenomenon; as creator of civilization. For this reason, and according to Warburg, his enterprise is conceived in terms of psychology of culture. In Atlas Mnemosyne montage is visualised as a modern means of both creating and understanding reality, being the image-fragment its vehicle. The structural seed of the montage of Mnemosyne is the contraposition, or ¿in Warburg¿s terms¿ the law of good neighbourliness. Having it as a reference, we analyse the grand montage of images that constitutes the last ¿but not for that reason infinite¿ of the author¿s works. The point of departure and, at the same time, of arrival of the thesis is the architect¿s craft, montage revealing itself as its spinal column. Following Warburg¿s structural guideline, architectural montage is being approached through its contraposition with montage in other creative disciplines. For this it is necessary to trace a concrete map of interactions. There the representative figure for architecture ¿i.e. for architectural montage¿ is Van Eyck. He raises, both in theoretical and in practical terms, an issue of concern that aims at re-positioning architect¿s craft within the context where it belongs: in both the anthropocentric and the interdisciplinary one. The figure that assumes the role of his counterpoint ¿in our own ¿map¿¿ is, within the same decade of the sixties, Grotowski. Apart from the obvious confluence between architecture and theatre in scenography, another one ¿less evident, nevertheless more eloquent¿ is being discovered, starting from the twin phenomenon architecture-society, a Van Eyck¿s own point of reference. Interpreting the last in terms of space-action brings us closer ¿anti-symmetrically¿ to the way in which Grotowski (re)sets theatre craft. His montages consist in scores of precise and repeatable actions, where there is no space for mimetic. Their end points out outside the confines of ¿art for art¿s sake¿, being recognized their role of vehicle at man¿s service. So much so, that it leads him to cross the limits of the ¿discipline¿ itself ¿by abandoning theatre¿ in order to return to them once he has had them completely reformed. Furthermore, it is discovered that all three authors share conjunction between opposites as the structural nucleus of their respective montages. Their interdisciplinary perspective serves each of them to re-define their particular field of craft and not ¿in spite of appearances¿ to erase the separatory lines between disciplines. Opposing Warburg¿s Atlas Mnemosyne to Van Eyck¿s Kindertehuis and to grotowskian The constant prince and Action permits us, at the same time, to establish a kind of common denominator of ¿interdisciplinary lecture¿ of montage and to mark off each discipline on the grounds of their own means of carrying out a montage. For this, as in Warburg¿s case, image ¿a particular type of it¿ serves us as a vehicle. The thesis makes palpable its own process of development; therefore ¿following the line of its key authors¿ its reading as a process prevails over that as a product. === La tesis consiste en construir un itinerario a través de tres campos –ciencia de la cultura, arquitectura, teatro– y tres autores –Aby Warburg, Aldo van Eyck, Jerzy Grotowski– a base de la idea del montaje. Su referente “metodológico” –aunque subrayamos lo inadecuado de la referencia literal al término “método” en este caso– es el Atlas Mnemosyne de Warburg; por un lado, porque constituye en sí una realización de la idea del montaje y, por el otro, porque convierte en permeables las barreras separatorias entre disciplinas. Además, la Kulturwissenschaft warburgiana pretende re-fundar la disciplina de la historia del arte sobre nueva –u olvidada– base. Su finalidad no es el artista ni tampoco la obra en sí; por lo contrario, la obra –como cualquier otro documento de la cultura– es un vehículo para reconstruir la cadena de la cultura humana a contrapelo. La finalidad, por lo tanto, es llegar a entender al hombre mismo en cuanto que fenómeno; en cuanto que ser-creador de civilización. Por esta razón, y según Warburg, su empresa se concibe como psicología de la cultura. En el Atlas Mnemosyne el montaje se visualiza como modo moderno de crear y de entender la realidad, siendo su vehículo la imagen-fragmento. La semilla estructural del montaje de Mnemosyne es la contraposición o, en términos propios, la ley de la buena vecindad. A raíz de ella, pues, desmontamos el gran montaje de imágenes que constituye la última –y, no por ello, infinita– obra el autor. La tesis tiene, a la vez, como punto de partida y de llegada el oficio del arquitecto, revelándose el montaje como la columna vertebral de aquél. Siguiendo la pauta estructural warburgiana, se aproxima al montaje arquitectónico a través de la contraposición con el montaje en otras disciplinas creativas. Para ello hace falta trazar un mapa de interacciones concreto. En él, el representante de la arquitectura –o sea, del montaje arquitectónico– es Van Eyck. Él plantea, tanto en términos teóricos como en prácticos, una problemática que pretende re-colocar el oficio del arquitecto en el contexto que le sea propio: por un lado, el antropocéntrico y, por el otro, el interdisciplinar. El que asume el papel de su contrapunto –en nuestro propio “mapa”– es, desde la misma década de los sesenta y desde el campo del teatro, Grotowski. Aparte de la confluencia obvia entre arquitectura y teatro en escenografía, descubrimos una –menos evidente, pero más elocuente– a raíz del fenómeno gemelo arquitectura-sociedad, punto de referencia de Van Eyck. Desglosar este último en cuanto que espacio-acción, nos acerca –antisimétricamente– al modo en el que Grotowski (re)plantea el arte del teatro. Sus montajes consisten en partituras de acciones precisas y repetibles, en las cuales no hay lugar para la mimética. Su finalidad apunta fuera de los confines del “arte por el arte”, reconociendo su papel de vehículo al servicio de la vida. Tanto es así, que lo conduce a cruzar los límites de la propia “disciplina” –abandonando el teatro– para volver a ellos una vez los haya reformado por completo. Descubrimos, además, que los tres autores comparten como núcleo estructural de sus respectivos montajes la conjunción entre opuestos. Su perspectiva interdisciplinar sirve para re-definir el oficio y no –a pesar de las apariencias– para borrar las líneas separatorias entre disciplinas. Contraponer el Atlas Mnemosyne de Warburg, el Kindertehuis de Van Eyck y El príncipe constante y Action grotowskianos nos permite, por un lado, establecer una especie de denominador común de “lectura interdisciplinar” del montaje y, por el otro, delimitar cada disciplina a raíz de sus propios medios de llevar a cabo el montaje. Para ello, tal como a Warburg, la imagen –un determinado tipo de ella– nos sirve como vehículo. La tesis hace palpable su propio proceso de desarrollo; por ello –y siguiendo la pauta de sus autores-base– prevalece su lectura en cuanto que proceso, más que producto.
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