Malnutrición, condiciones socio-ambientales y alimentación familiar
La malnutrición es un acontecimiento que excede lo estrictamente biológico. En ella, no sólo se conjugan factores ambientales, socio-económicos y culturales sino que además comprende dimensiones que engloban al concepto mismo de calidad de vida y que ameritan ser analizados para lograr una adecuada...
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2014
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La malnutrición es un acontecimiento que excede lo estrictamente biológico. En ella, no sólo se conjugan factores ambientales, socio-económicos y culturales sino que además comprende dimensiones que engloban al concepto mismo de calidad de vida y que ameritan ser analizados para lograr una adecuada comprensión de la temática. El objetivo general del presente trabajo de tesis fue avanzar en el conocimiento del estado nutricional y la composición y proporción corporal de la población infantil del partido de Villaguay (provincia de Entre Ríos, Argentina) en relación a las condiciones socio-ambientales de residencia y la alimentación familiar. Para lograr este objetivo se analizó: a) el estado nutricional y la composición y proporción corporal de niños de 3 a 6 años de edad; b) las condiciones socio-ambientales de residencia; c) las prácticas y representaciones en relación a la salud y alimentación familiar; d) las prácticas y representaciones en relación a la alimentación y actividad física del niño y e) la percepción de inseguridad alimentaria en el hogar. Asimismo se indagó acerca de las posibles asociaciones entre malnutrición, condiciones socio-ambientales de residencia y prácticas y representaciones en torno a la alimentación.
El estudio fue de tipo transverso e incluyó 1437 niños de ambos sexos (723 varones y 714 mujeres), sin antecedentes patológicos. La muestra representó el 47.5% de la población total de escolares de todo el partido. La participación voluntaria de los niños requirió el previo consentimiento escrito de los padres o tutores.
Se trabajaron distintos ejes de análisis:
Estudio socio-ambiental: Teniendo en cuenta las características del área de estudio, se diferenciaron tres zonas: 1) Urbana, 2) Periurbana y 3) Rural. Las dos primeras correspondieron a la ciudad de Villaguay (casco urbano y periferia del mismo), en tanto que la zona rural incluyó las localidades de Villa Clara, Villa Domínguez, Ingeniero Sajaroff, Jubileo y Paso de la Laguna. La información se relevó mediante una encuesta semiestructurada, completada por los padres, que aportó información sobre las condiciones interiores y exteriores de la vivienda. Se consideró además, el grado de instrucción y el tipo de empleo paterno y materno, la cobertura de salud, el régimen de tenencia de la vivienda y otros indicadores que brindaron información acerca de la situación socio-económica familiar.
Estudio antropométrico: Se relevaron las variables edad, peso corporal (P), estatura total (ET), estatura sentado (ES), perímetro braquial (PB) y pliegues tricipital (PT) y subsescapular (PS). Se empleó la referencia National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III), para caracterizar a los niños como desnutridos: Bajo Peso para la Edad, Baja Talla para la Edad y Bajo Peso para la Talla. Para ello, se tomaron los valores menores al percentilo 5 de la referencia de cada uno de los indicadores. Por otra parte, para estimar el exceso de peso se consideró el valor del Índice de Masa Corporal (IMC=P/ET2) entre los percentilos 85 y 95 para sobrepeso y por encima del percentilo 95 para obesidad. La composición corporal fue estimada sobre la base del área total del brazo (AT)={(PB2)/(4*π)}, área muscular (AM)={PB-(PT*π)}2/(4*π) y área grasa (AG)=(AT-AM). Para determinar el déficit y el exceso de tejido adiposo y muscular del brazo se utilizaron como puntos de corte los percentilos 5 y 95, respectivamente. Finalmente, la proporción corporal se estimó a través del Índice Estatura Sentado (IES)=(ES/ET)*100 y la distribución de la adiposidad (central o periférica) a partir del Índice Subsescapular-Tricipital (IST=(ES/ET)*100).
Estudio sobre prácticas y representaciones en relación a la salud y alimentación familiar y a la alimentación y actividad física del niño: Para obtener información acerca de los hábitos de consumo alimentario y de actividad física de cada niño, así como de estrategias alimentarias familiares y percepción de inseguridad alimentaria en los hogares, se llevaron a cabo talleres en los establecimientos escolares en los cuales se realizaron encuestas asistidas a los padres. Así, se conformó una submuestra de 303 encuestas correspondientes a 142 niños y 161 niñas quedando representada el 21% de la muestra antropométrica y socio-ambiental total. En las encuestas se indagaron aspectos como: sistema de atención de la salud utilizado, miembro de la familia encargado de la compra de alimentos y preparación comidas, criterio para su elección y preparación, porcentaje del ingreso mensual y gasto diario destinado a la compra de alimentos, formas alternativas de obtención de alimentos, comidas que el niño saltea, repite o realiza fuera del hogar y percepción de la cantidad y calidad de la alimentación familiar, entre otros. Asimismo, se aplicaron cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos y de actividad fisca.
Estudio sobre percepción de inseguridad alimentaria en el hogar: En el marco de los talleres se aplicó también la encuesta HFIAS, que mediante preguntas de ocurrencia y frecuencia de ocurrencia de ciertos indicadores de acceso a los alimentos, permitió distinguir los hogares cuyos miembros perciben inseguridad alimentaria, así como el grado en que ésta se manifiesta.
Los datos obtenidos en cada eje de estudio fueron procesados mediante análisis estadísticos específicos. Se calcularon medidas de tendencia central, dispersión, y prevalencias, y para las comparaciones entre zonas de residencia y estados nutricionales se realizaron tablas de contingencias, pruebas de Chi cuadrado (χ2) y regresión logística binaria.
Los resultados obtenidos indicaron que el 30% de la población infantil de Villaguay presentaba malnutrición. Mientras que la desnutrición fue baja (6.8%), el exceso de peso mostró prevalencias más altas (23.4%). El tipo de desnutrición más prevalente, tanto en varones como en mujeres de todas las edades, fue la desnutrición crónica que se vio acompañada por cambios en la composición y proporción corporal. Por otra parte, 12.4% de los niños presentó sobrepeso y 11.0% obesidad, también con cambios en la composición corporal.
Se concluye que la población de Villaguay manifestó claras diferencias internas respecto a la calidad ambiental así como al nivel socio‐económico y a las prácticas y representaciones familiares en torno a la alimentación.
Sin lugar a dudas, se observa que el ambiente condiciona el crecimiento y el estado nutricional de los niños. De este modo, cuanto más alto es el nivel socio-económico y más adecuado el ambiente en el que las familias viven, mayor es la seguridad alimentaria respecto al acceso. Sin embargo, también resulta ser un ambiente claramente obesogénico, que se traduce en mayores prevalencias de exceso de peso infantil. Esta situación se enmarca en el contexto global de la pandemia de la obesidad, cuyas causas principales son el mercado de comidas industrializadas de alto contenido energético y el sedentarismo propio de la “urbanidad”.
Por otra parte, cuando los ingresos dependen de empleos informales y/o planes sociales, el nivel de instrucción de los padres es bajo o nulo, existe escasa cobertura de salud y las familias son numerosas y viven con alto nivel de hacinamiento, se observa mayor probabilidad de inseguridad alimentaria en el hogar. La preocupación en lo que respecta al acceso, tanto en cantidad como en calidad de los alimentos que reciben los niños, da cuenta que se trata de un ambiente vulnerable. Es en este contexto de pobreza en donde se presentan los indicadores más altos de desnutrición y sobrepeso, acompañados por modificaciones en la composición y proporción corporal.
Por último, entre el ambiente obesogénico urbano y el periurbano empobrecido, se presenta el rural con características propias que lo definen como el ámbito más protector para un crecimiento infantil saludable. Éste se caracteriza por las estrategias empleadas en relación a las prácticas alimentarias, donde la familia adquiere un rol importante permitiendo mayor cohesión social y redes de contención. Sumado a la posibilidad de autoabastecerse por medio de las prácticas de huerta y cría de animales, como estrategia para diversificar las fuentes de obtención de alimentos, estas prácticas sociales logran independizarlos, al menos parcialmente, del mercado de los alimentos.
La riqueza de este trabajo radica en el tipo de abordaje teórico metodológico empleado, que permitió la particularización y la profundización en el conocimiento de los ambientes promotores de malnutrición. Este conocimiento resulta de gran utilidad para la planificación y aplicación de políticas públicas que busquen efectividad en sus intervenciones. |
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Cesani Rossi, María Florencia |
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Para lograr este objetivo se analizó: a) el estado nutricional y la composición y proporción corporal de niños de 3 a 6 años de edad; b) las condiciones socio-ambientales de residencia; c) las prácticas y representaciones en relación a la salud y alimentación familiar; d) las prácticas y representaciones en relación a la alimentación y actividad física del niño y e) la percepción de inseguridad alimentaria en el hogar. Asimismo se indagó acerca de las posibles asociaciones entre malnutrición, condiciones socio-ambientales de residencia y prácticas y representaciones en torno a la alimentación. El estudio fue de tipo transverso e incluyó 1437 niños de ambos sexos (723 varones y 714 mujeres), sin antecedentes patológicos. La muestra representó el 47.5% de la población total de escolares de todo el partido. La participación voluntaria de los niños requirió el previo consentimiento escrito de los padres o tutores. Se trabajaron distintos ejes de análisis: Estudio socio-ambiental: Teniendo en cuenta las características del área de estudio, se diferenciaron tres zonas: 1) Urbana, 2) Periurbana y 3) Rural. Las dos primeras correspondieron a la ciudad de Villaguay (casco urbano y periferia del mismo), en tanto que la zona rural incluyó las localidades de Villa Clara, Villa Domínguez, Ingeniero Sajaroff, Jubileo y Paso de la Laguna. La información se relevó mediante una encuesta semiestructurada, completada por los padres, que aportó información sobre las condiciones interiores y exteriores de la vivienda. Se consideró además, el grado de instrucción y el tipo de empleo paterno y materno, la cobertura de salud, el régimen de tenencia de la vivienda y otros indicadores que brindaron información acerca de la situación socio-económica familiar. Estudio antropométrico: Se relevaron las variables edad, peso corporal (P), estatura total (ET), estatura sentado (ES), perímetro braquial (PB) y pliegues tricipital (PT) y subsescapular (PS). Se empleó la referencia National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III), para caracterizar a los niños como desnutridos: Bajo Peso para la Edad, Baja Talla para la Edad y Bajo Peso para la Talla. Para ello, se tomaron los valores menores al percentilo 5 de la referencia de cada uno de los indicadores. Por otra parte, para estimar el exceso de peso se consideró el valor del Índice de Masa Corporal (IMC=P/ET2) entre los percentilos 85 y 95 para sobrepeso y por encima del percentilo 95 para obesidad. La composición corporal fue estimada sobre la base del área total del brazo (AT)={(PB2)/(4*π)}, área muscular (AM)={PB-(PT*π)}2/(4*π) y área grasa (AG)=(AT-AM). Para determinar el déficit y el exceso de tejido adiposo y muscular del brazo se utilizaron como puntos de corte los percentilos 5 y 95, respectivamente. Finalmente, la proporción corporal se estimó a través del Índice Estatura Sentado (IES)=(ES/ET)*100 y la distribución de la adiposidad (central o periférica) a partir del Índice Subsescapular-Tricipital (IST=(ES/ET)*100). Estudio sobre prácticas y representaciones en relación a la salud y alimentación familiar y a la alimentación y actividad física del niño: Para obtener información acerca de los hábitos de consumo alimentario y de actividad física de cada niño, así como de estrategias alimentarias familiares y percepción de inseguridad alimentaria en los hogares, se llevaron a cabo talleres en los establecimientos escolares en los cuales se realizaron encuestas asistidas a los padres. Así, se conformó una submuestra de 303 encuestas correspondientes a 142 niños y 161 niñas quedando representada el 21% de la muestra antropométrica y socio-ambiental total. En las encuestas se indagaron aspectos como: sistema de atención de la salud utilizado, miembro de la familia encargado de la compra de alimentos y preparación comidas, criterio para su elección y preparación, porcentaje del ingreso mensual y gasto diario destinado a la compra de alimentos, formas alternativas de obtención de alimentos, comidas que el niño saltea, repite o realiza fuera del hogar y percepción de la cantidad y calidad de la alimentación familiar, entre otros. Asimismo, se aplicaron cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos y de actividad fisca. Estudio sobre percepción de inseguridad alimentaria en el hogar: En el marco de los talleres se aplicó también la encuesta HFIAS, que mediante preguntas de ocurrencia y frecuencia de ocurrencia de ciertos indicadores de acceso a los alimentos, permitió distinguir los hogares cuyos miembros perciben inseguridad alimentaria, así como el grado en que ésta se manifiesta. Los datos obtenidos en cada eje de estudio fueron procesados mediante análisis estadísticos específicos. Se calcularon medidas de tendencia central, dispersión, y prevalencias, y para las comparaciones entre zonas de residencia y estados nutricionales se realizaron tablas de contingencias, pruebas de Chi cuadrado (χ2) y regresión logística binaria. Los resultados obtenidos indicaron que el 30% de la población infantil de Villaguay presentaba malnutrición. Mientras que la desnutrición fue baja (6.8%), el exceso de peso mostró prevalencias más altas (23.4%). El tipo de desnutrición más prevalente, tanto en varones como en mujeres de todas las edades, fue la desnutrición crónica que se vio acompañada por cambios en la composición y proporción corporal. Por otra parte, 12.4% de los niños presentó sobrepeso y 11.0% obesidad, también con cambios en la composición corporal. Se concluye que la población de Villaguay manifestó claras diferencias internas respecto a la calidad ambiental así como al nivel socio‐económico y a las prácticas y representaciones familiares en torno a la alimentación. Sin lugar a dudas, se observa que el ambiente condiciona el crecimiento y el estado nutricional de los niños. De este modo, cuanto más alto es el nivel socio-económico y más adecuado el ambiente en el que las familias viven, mayor es la seguridad alimentaria respecto al acceso. Sin embargo, también resulta ser un ambiente claramente obesogénico, que se traduce en mayores prevalencias de exceso de peso infantil. Esta situación se enmarca en el contexto global de la pandemia de la obesidad, cuyas causas principales son el mercado de comidas industrializadas de alto contenido energético y el sedentarismo propio de la “urbanidad”. Por otra parte, cuando los ingresos dependen de empleos informales y/o planes sociales, el nivel de instrucción de los padres es bajo o nulo, existe escasa cobertura de salud y las familias son numerosas y viven con alto nivel de hacinamiento, se observa mayor probabilidad de inseguridad alimentaria en el hogar. La preocupación en lo que respecta al acceso, tanto en cantidad como en calidad de los alimentos que reciben los niños, da cuenta que se trata de un ambiente vulnerable. Es en este contexto de pobreza en donde se presentan los indicadores más altos de desnutrición y sobrepeso, acompañados por modificaciones en la composición y proporción corporal. Por último, entre el ambiente obesogénico urbano y el periurbano empobrecido, se presenta el rural con características propias que lo definen como el ámbito más protector para un crecimiento infantil saludable. Éste se caracteriza por las estrategias empleadas en relación a las prácticas alimentarias, donde la familia adquiere un rol importante permitiendo mayor cohesión social y redes de contención. Sumado a la posibilidad de autoabastecerse por medio de las prácticas de huerta y cría de animales, como estrategia para diversificar las fuentes de obtención de alimentos, estas prácticas sociales logran independizarlos, al menos parcialmente, del mercado de los alimentos. La riqueza de este trabajo radica en el tipo de abordaje teórico metodológico empleado, que permitió la particularización y la profundización en el conocimiento de los ambientes promotores de malnutrición. Este conocimiento resulta de gran utilidad para la planificación y aplicación de políticas públicas que busquen efectividad en sus intervenciones.Cesani Rossi, María FlorenciaOyhenart, Evelia Edith2014-12-10T09:36:44Z2014-11-262014TesisTesis de doctoradohttp://hdl.handle.net/10915/43346eshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 2.5 Argentina (CC BY-NC-ND 2.5)http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/43346 |