Relaciones de largo plazo entre el sector agrícola y el no agrícola: un estudio de cointegración para la economía peruana

La evidencia internacional indica que existe cointegración en el largo plazo entre el producto agrícola y el producto no-agrícola para una serie de países. Este artículo intenta probar la validez de tal afirmación para el caso peruano, empleando para ello series anuales para estas variables desde pr...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Escobal, Javier
Format: Others
Language:Español
Published: Economía 2012
Subjects:
Online Access:http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/economia/article/view/452/443
http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/116825
Description
Summary:La evidencia internacional indica que existe cointegración en el largo plazo entre el producto agrícola y el producto no-agrícola para una serie de países. Este artículo intenta probar la validez de tal afirmación para el caso peruano, empleando para ello series anuales para estas variables desde principios de siglo. La contrastación empírica que se lleva a cabo sugiere la existencia de un vector de cointegración desde 1917 hasta 1959 aproximadamente. A partir de esta fecha la relación de cointegración cambia radicalmente mostrando a un sector agrícola que, en vez de liderar el proceso de crecimiento, se ajusta frente a la evolución de los demás sectores económicos. Esta dinámica es explicable si se toma en cuenta que, durante buena parte de la primera mitad de este siglo, el Perú siguió un modelo primario exportador, tanto de productos agrícolas (algodón y azúcar, principalmente) como de minerales. Dicho modelo generó una relación estable de largo plazo entre el sector agrícola y el resto de la economía. Sin embargo, a principios de la década del cincuenta se empiezan a gestar las bases de un modelo sustitutivo de importaciones, radicalizado hacia principios de la década del sesenta y que entra en crisis a mediados de los setenta. Dicho cambio estructural implicó, en términos del modelo aquí planteado, que la relación de cointegración que primó a partir de la década del cuarenta obligara al sector agrícola y minero a ajustarse a la evolución de los sectores industrial y terciario.