Summary: | Cuando en el primer semestre de 2013 recibí de manos de mi compañero de estudios Milton Gonzales el libro El Perú en los albores del siglo XXI, descubrí gratamente sorprendido una sección titulada ‘‘Perú, novela de novelistas’’ de Carlos Eduardo Zavaleta. Mi sorpresa se debió a que allí Zavaleta mostraba un conjunto de novelistas y novelas olvidados por la crítica tradicional. Mencionaba una importante cantidad de manifestaciones narrativas caídas en el abandono. Surgió, de esta manera, en mí el interés por revelar aquel virginal mundo. Decidí fijar mi objetivo en la narrativa de vanguardia, pues esta albergaba un potencial todavía sin descubrir. San Marcos, más adelante, permitió que yo conozca la antología de Jorge Kishimoto denominada Narrativa peruana de vanguardia. El afianzamiento de mi convicción se dio, entonces, motivado por ambas revelaciones, que coincidían en dar a luz productos narrativos relegados de la vanguardia.
La disposición de integrarme a un proyecto investigativo sobre la narrativa peruana de vanguardia debía, siguiendo la línea convencida de apertura, aportar a nuestra crítica literaria. Cuando inicié los exámenes, lecturas y discusiones con mis contertulios sanmarquinos, caí en cuenta de que el campo que pretendía explorar ya había visto la aparición de algunas tesis en San Marcos y algunas propuestas, a través de artículos y ponencias. Todas, sin embargo, destinadas a nombres particulares o productos narrativos aislados. Así fue como mi vocación por inaugurar una propuesta de naturaleza comparatista brotó. La antología del Kishimoto fue clave para tal empresa. Lo fue también la información brindada amablemente por el profesor Mauro Mamani.
En el segundo semestre de ese mismo año, entonces, determiné iniciar la aventura de averiguaciones y primeros acercamientos a mi objetivo mayor: la sustentación de un estudio comparatista que albergue modalidades de la narrativa peruana de vanguardia. Fruto de aquel primer aliciente fue el trabajo panorámico que presenté en el curso Seminario de literatura peruana, dirigido por el profesor Carlos García-Bedoya. Compuesto de poco más de cuarenta páginas me permitió revisar gran parte de lo que se había discutido en nuestra crítica sobre la narrativa vanguardista. Fue la semilla que permitió el florecimiento de esta propuesta investigativa. De manera paralela a mis convicciones investigativas sobre este campo, el profesor Santiago López me mostraba nuevas propuestas de lectura. El acercamiento original y auténtico, y a su vez sistemático que en una ocasión realizó sobre El zorro de arriba y el zorro de abajo permitió que yo afianzara el modelo interpretativo de mis aproximaciones críticas. Fue entonces cuando decidí integrar la mirada panorámica y la lectura analítica.
En el verano de 2014 un grupo de estudiantes decidimos conformar un ciclo de lecturas sobre el modernismo y la vanguardia peruanos. Me atreví a insertar el libro de Kishimoto para proponer algunas discusiones que nos permitieran entablar diálogos con la poesía vanguardista. Fue así como leímos a Xavier Abril, Alberto Hidalgo, Adalberto Varallanos y César Vallejo. Mis camaradas , conspicuos lectores, agudizaron en mí la afición de continuar con mis estudios sobre el campo ya mencionado. Les debo a ellos también la concreción de estos ensayos . Determiné unir vocación y disciplina para dar a conocer el primer estudio comparatista sobre narraciones vanguardistas peruanas. Cuando hago mención de ser el primer acercamiento, no lo hago con fines de egocentrismo frívolo, sino para recalcar la ausencia de este tipo de estudios. El mayor mérito deseado por mí no es la aceptación de mis propuestas como verdades indiscutibles. No es esa. Me interesa, en cambio, el reconocimiento del proceder utilizado en el estudio, en la intención máxima de aporte. Un primer acercamiento inspirado en llenar el vacío sobre los estudios comparativos de narrativa peruana de vanguardia.
El estudio se encuentra dividido en cuatro secciones, claramente definidas. Las tres primeras de naturaleza panorámica, de balance y reconocimiento crítico, pretenden cimentar las bases de la última sección. Esta alberga la mirada particular de siete brevísimos relatos para luego inscribirlos en una orquestación comparatista. Las cuatro secciones conforman el producto de las investigaciones sobre la narrativa peruana de vanguardia.
El primer capítulo, titulado ‘‘Contexto histórico y cultural del Perú de los años veinte’’, conduce una evaluación sobre lo acaecido principalmente en el oncenio de Leguía. Si bien refiere a circunstancias históricas y culturales previas, pues estas permiten proponer contrastes con el tiempo leguiista, fija la mirada hacia el surgimiento del denominado ‘‘espíritu nuevo’’ de la década de 1920. La sensibilidad de renovación se vio respaldada con el nacimiento de una intelectualidad crítica de su tiempo, la que dio origen al indigenismo y las vanguardias, a los movimientos sociales y los desplazamientos culturales.
El segundo capítulo, nombrado ‘‘Modernidad y vanguardia’’, empeña sus energías en reflexionar acerca de las ideas de modernidad europea y latinoamericana, mediante convergencias y particularidades. El rastreo asienta su observación en los románticos europeos como generadores e inspiradores del espíritu de quiebre, transita por los senderos artísticos del siglo XIX y aterriza en la inspección acerca de las vanguardias. Propone el capítulo una somera indagación de los espacios artísticos de Europa y América Latina, aunque puntualizando en las condicionantes útiles para nuestro estudio. Por este motivo, pretende dar a conocer algunas consideraciones necesarias, sin vanagloriarse en sueños de erudición académica.
El capítulo tercero lleva la denominación de ‘‘Narrativa peruana de vanguardia’’. Aquí se persiguen las reflexiones en torno al estado de la cuestión de la crítica sobre la narrativa peruana de vanguardia. Privilegia aquellos acercamientos panorámicos, aunque incluye las percepciones particulares que permiten dialogar sobre el asunto principal del estudio. Mediante el recorrido crítico, asimismo, evidencia algunas marcas preponderantes y constitutivas de los productos narrativos de la vanguardia.
Finalmente, el capítulo cuarto, designado con el nombre de ‘‘Siete ensayos de interpretación de la narrativa peruana de vanguardia’’, afirma el aporte más original del estudio. Muestra siete propuestas interpretativas sobre siete narraciones breves de la vanguardia peruana. Se utiliza una propuesta analítica de molde semejante para cada una de ellas y así pues consolidar la visión final con un cuadro comparatista. La intención máxima de este último capítulo es instituir la tesis de la existencia de algunas modalidades en la narrativa vanguardista del Perú. El capítulo acoge la perseverancia de proponer que, a partir del impacto renovador del lenguaje, los siete relatos elegidos exploran direcciones diversas, aunque poseen raíces en común. Las modalidades de la narrativa vanguardista peruana son, de esta manera, las utilizaciones exclusivas del nuevo lenguaje halladas en cada narración: fragmentaria, onírica, angustiada, multiimaginativa, experimental, entre otras. El muestrario detallado de aquellas será evidenciado, sustentado y demostrado en el cierre del capítulo. De esta manera, nuestra propuesta de tesis pretende instaurar un primer acercamiento original sobre la narrativa peruana de vanguardia, a partir de la selección de siete relatos con horizontes comparatistas.
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