Summary: | En la segunda mitad del siglo XIX, comienza en Argentina el proceso de transformación económica y cultural que denominamos genéricamente ‘modernización’ que se acelera a partir de los gobiernos liberales de la generación del ’80, que protagonizó la sustitución del modo de vida colonial por el modelo burgués de raigambre europea. En el período 1870-1910, y como consecuencia de la confluencia de la política de fomento a la inmigración, la colonización agrícola, el desarrollo de la red ferroviaria y la construcción del sistema hídrico provincial; se produce una transformación del territorio alrededor de la ciudad de Córdoba, que configura la matriz física de nuestro actual paisaje metropolitano. Muchas de esas transformaciones físicas se encuentran todavía en uso. Si bien algunas perdieron la importancia económica que les dio origen, y en algunos casos se encuentran desactivadas, constituyen un valioso legado como paisaje cultural. Desde hace algunos años se está promoviendo su reactivación como soporte de una nueva estrategia para el desarrollo regional y local. Esta presentación se refiere al caso de Colonia Caroya, producto de la ley de inmigración, cuyo paisaje urbano y rural se encuentra hoy en proceso de reconversión y requiere de intervenciones que promuevan el desarrollo local sin poner en riesgo su patrimonio. Al hablar de patrimonio, en el caso de Caroya, nos debemos referir tanto al a lo tangible como a lo intangible, en tanto constituyen ambos una unidad indisoluble que le confiere su particular identidad y que como tal, refuerza el significado del paisaje.
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