Recent transformations in Cuban agricultural policy and impacts on markets and production

The Cuban government has implemented a series of agricultural transformations since 2007 to increase the country’s agricultural self-sufficiency and reduce its dependence on food imports. These include the transfer in usufruct, i.e. use rights only, of State-owned land to non-State producers (i.e. c...

Full description

Bibliographic Details
Main Authors: Armando Nova González, Galia Figueroa Alfonso
Format: Article
Language:English
Published: BioOne 2018-12-01
Series:Elementa: Science of the Anthropocene
Subjects:
Online Access:https://www.elementascience.org/articles/323
Description
Summary:The Cuban government has implemented a series of agricultural transformations since 2007 to increase the country’s agricultural self-sufficiency and reduce its dependence on food imports. These include the transfer in usufruct, i.e. use rights only, of State-owned land to non-State producers (i.e. cooperatives and private farmers), moderate price reforms, the decentralization of decision making, and the gradual relaxation of existing forms of agricultural commercialization. As a result of these measures, the area planted, as well as physical output and agricultural yields (in selected non-sugar crop categories) have shown mixed results, and still remain below desired levels. There are three fundamental unresolved issues that have prevented Cuba’s agricultural sector from achieving desired levels: (1) the need to achieve the “realization of property”; (2) recognition and acceptance of the market as a complementary economy in coordination with a planning mechanism; and (3) absence of a systemic focus to achieve the successful completion of the agricultural production cycle (i.e. the value chain). These unresolved issues should be addressed through: (1) consolidating markets for inputs, where producers can obtain essential inputs at prices that correspond to the prices they can obtain for their output; (2) granting greater autonomy to agricultural producers to allow them to decide when, where, and to whom they can sell their output, after social contracts have been fulfilled; (3) diversifying types of agricultural commercialization to permit greater participation by non-State economic actors; (4) allowing agricultural producers to freely hire the labor necessary to sustain and increase production; and (5) providing agricultural producers with needed financing and technical assistance. 'Please refer to Supplementary Materials, 'DOI: https://doi.org/10.1525/elementa.323.s1', for a full text Spanish version of this article'.   El gobierno cubano ha implementado una serie de transformaciones en el sector de la agricultura desde 2007 con el objetivo de aumentar la autosuficiencia agrícola del país y reducir su dependencia de las importaciones de alimentos. Estas transformaciones incluyen la transferencia en usufructo (solo derechos de uso) de tierras de propiedad estatal a productores no estatales (cooperativas y agricultores privados), reformas moderadas de precios, la descentralización de la toma de decisiones y la relajación gradual de las formas existentes de comercialización agrícola. Como resultado de estas medidas, el área sembrada, así como la producción física y los rendimientos agrícolas (en categorías seleccionadas de cultivos sin incluir la caña de azúcar) han mostrado resultados mixtos y aún se mantienen por debajo de los niveles deseados. Hay tres problemas fundamentales no resueltos que han impedido que el sector agrícola de Cuba logre los niveles deseados: (1) la necesidad de lograr la “realización de la propiedad”; (2) el reconocimiento y aceptación del mercado como una economía complementaria en coordinación con mecanismos de planificación; y (3) ausencia de un enfoque sistémico para lograr la finalización exitosa del ciclo de producción agrícola. Estos problemas no resueltos deben abordarse a través de: (1) la consolidación de mercados para insumos, donde los productores pueden obtener insumos esenciales a precios que corresponden a los precios que pueden obtener por su producción; (2) otorgar mayor autonomía a los productores agrícolas para permitirles decidir cuándo, dónde y a quién pueden vender su producción, después de que se hayan cumplido los contratos sociales; (3) la diversificación de los tipos de comercialización agrícola para permitir una mayor participación de actores económicos no estatales; (4) permitir a los productores agrícolas contratar libremente la mano de obra necesaria para sostener e incrementar la producción; y (5) proporcionar a los productores agrícolas el financiamiento y asistencia técnica necesarias. 'La versión en español de este artículo se puede encontrar en Materiales Suplementarias' DOI: https://doi.org/10.1525/elementa.323.s1.
ISSN:2325-1026