El humanismo simbólico en la escultura de Gustav Vigeland

El 11 de abril de 1869 vio la luz cerca de Mandal, al sur de Noruega, el gran escultor Gustav Vigeland, hijo de un ebanista. Su padre era de carácter violento y desenfrenado, lúgubre ideología y religiosidad, y con un insaciable placer por el alcohol que imprimieron en el hogar una atmósfera opresiv...

Full description

Bibliographic Details
Main Author: Carlos D´Ors Fuhrer
Format: Article
Language:English
Published: Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) 1989-01-01
Series:Espacio, Tiempo y Forma. Serie VII, Historia del Arte
Online Access:http://revistas.uned.es/index.php/ETFVII/article/view/2139
Description
Summary:El 11 de abril de 1869 vio la luz cerca de Mandal, al sur de Noruega, el gran escultor Gustav Vigeland, hijo de un ebanista. Su padre era de carácter violento y desenfrenado, lúgubre ideología y religiosidad, y con un insaciable placer por el alcohol que imprimieron en el hogar una atmósfera opresiva. La gran mezcla de melancolía, pasión y frecuentemente también de fanatismo en el carácter de Vigeland fueron, con toda seguridad, herencia de la estirpe paterna. Por otro lado, sin embargo, delicadas cuerdas vibraron en su alma a lo largo de su vida heredadas, sin duda, del lado materno. Precisamente, estos grandes contrastes y enormes convulsiones fueron la fuerza motriz de su creación artística.
ISSN:1130-4715