Summary: | El uso del término ‘gótico’ en las letras surgió en el siglo XVIII para describir un movimiento que, a contracorriente de la racionalidad recién entronizada, ponía énfasis en el carácter contingente e inexplicable del mundo humano y natural. Coincidentemente, en la misma época se publicó en el archipiélago japonés una colección de narraciones centradas en lo sobrenatural, titulada Ugetsu monogatari, de Ueda Akinari. Este ensayo explora los interesantes paralelismos entre la obra de Akinari y la de escritores como Horace Walpole, Ann Radcliffe
y Mathew Lewis, no con el afán de mostrar una relación directa entre el gótico europeo y el “gótico” japonés (algo imposible, dado el aislamiento que marcó el final del periodo feudal en Japón), sino para señalar el carácter transcultural del género, fuera de las estrechas definiciones espaciales y temporales que solemos
asignarle.
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