Summary: | Introducción: la inmunosupresión de inducción es esencial en el éxito del trasplante renal. Encaminada a prevenir el rechazo agudo y la función retrasada del injerto, se diseña como estrategia para los inicios del trasplante donde son mucho más frecuentes las complicaciones. Objetivo: exponer los diferentes protocolos de inmunosupresión de inducción utilizados por el grupo de trasplante del Hospital "Hermanos Ameijeiras", según tipo de donante (vivo o cadáver) y frecuencia de complicaciones clínicas. Métodos: se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo, que abarcó todos los trasplantes renales realizados desde que se inició esta actividad en marzo de 1984 hasta noviembre de 2012. Se distinguieron 4 etapas, 1984-1990, 1991-1996, 1997-2004 y 2005-2012. En las 2 primeras predominó el empleo del tratamiento con prednisona y azatioprina en el donante cadáver. Solo se utilizó la combinación de 3 drogas, ciclosporina A sandimun, prednisona y azatioprina para los trasplantes de cadáver considerados de riesgo, ambos protocolos se acompañaron de elevadas frecuencias de rechazo y necrosis tubular aguda, en el período entre 1997 y 2004. Conclusión: la triple terapia con ciclosporina A neoral, prednisona y micofenolato mofetil proporcionó bajas tasas de rechazo y necrosis tubular aguda, tanto cuando el injerto provino de un donante vivo como de uno cadavérico; las terapias cuádruples secuenciales constituyeron un tratamiento aceptable para disminuir el rechazo en pacientes de riesgo. El tratamiento con prednisona y azatioprina y el de ciclosporina, en formulación sandimun, con prednisona y azatioprina o con prednisona, a la luz de los resultados obtenidos, no constituyen en la actualidad protocolos satisfactorios para la inmunosupresión en el trasplante renal.
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