Académico Doctor Tomás Quevedo Gómez. (Medellín, 2 de Junio de 1916 – 20 de Enero de 2004)
<p>Dar el adiós final a un amigo es ocasión siempre dolorosa; pero cuando ese amigo es además un destacado académico, un colega de larga y meritoria vida científica y un escritor de fina pluma, el lamento debe ser forzosamente mayor por cuanto pierden la Patria y nuestra profesión, amb...
Main Author: | |
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Format: | Article |
Language: | Spanish |
Published: |
Editorial Kimpres
2004-03-01
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Series: | Medicina |
Subjects: | |
Online Access: | http://revistamedicina.net/ojsanm/index.php/Revistamedicina/article/view/505 |
Summary: | <p>Dar el adiós final a un amigo es ocasión siempre dolorosa; pero cuando ese amigo es además un destacado académico, un colega de larga y meritoria vida científica y un escritor de fina pluma, el lamento debe ser forzosamente mayor por cuanto pierden la Patria y nuestra profesión, ambas tan necesitadas hoy de figuras cimeras.</p><p>Tomás Quevedo Gómez había pasado indemne la cumbre de los ochenta años y se preparaba con su bonhomía de siempre para los noventa ya cercanos, porque cumpliría 88 el 2 de junio próximo (había nacido en Medellín en 1916).</p><p>La última vez en que tuve el placer de su compañía, hace casi un año, no solo demostró la plenitud de sus facultades mentales al discurrir sobre realidades de la Medicina en estos tiempos de tantas turbulencias, sino dejó correr la vena de ironía y humor que en él parecía inagotable y que acompañó con acotaciones amables, también usuales en sus contactos con los numerosos amigos de que se preciaba.</p><p>Bachiller y luego doctor en Medicina de la Universidad de Antioquia, su tesis de grado enfocó el problema de la litiasis biliar en Antioquia y recibió el 8 de abril de 1943 mención honorífica. Desde allí quedó signado el futuro de este especialista, que cultivó la Medicina Interna y en ella la rama de Gastroenterología, aunque pasó recién graduado y en el Hospital San Vicente de Paúl por las jefaturas de clínica quirúrgica y de enfermedades tropicales, lo que sin duda contribuyó a formar en él un criterio médico de amplitud excepcional, que le permitía opinar con solidez sobre casi cualquier tema que se planteara a su consideración.</p><p>Una mirada a la hoja de vida del doctor Quevedo Gómez permite comprender por qué se le apreciaba y respetaba tanto en los círculos médicos. Todavía era estudiante cuando ganó los puestos de preparador en Química Biológica, en Anatomía Patológica y en Laboratorio Clínico; tras el grado vinieron las jefaturas de clínica ya dichas y luego, cargos profesorales de su Alma Mater en Patología Externa, en Semiología y en Medicina Interna.</p><p>Fundó el servicio médico del Fondo de Previsión Social del Ferrocarril de Antioquia; fue jefe de educación médica en el entonces Instituto Colombiano de Seguros Sociales ICSS; practicó la gastroenterología en el mismo instituto y en la Caja de Previsión de Comunicaciones Caprecom, la cooperativa Coomeva y su consultorio privado.</p><p>Fue miembro numerario de la Academia de Medicina de Medellín desde noviembre de 1950 y ascendió a Miembro Honorario en 1970; también fue miembro correspondiente de esta Academia Nacional de Medicina, desde el 22 de julio de 1965. En la Sociedad Colombiana de Gastroenterología fue sucesivamente numerario (1951) y honorario (1968), y ocupó en dos ocasiones la vicepresidencia. Perteneció a la American Medical Association AMA y a la National Geographic Society de los Estados Unidos.</p><p>Participó como miembro fundador de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina y tuvo destacada actividad en la Sociedad Colombiana de Endoscopia Digestiva, la Asociación Antioqueña de Endoscopistas Digestivos, Académico Juan Mendoza-Vega la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de Antioquia y la Asociación de Egresados del Liceo de la Universidad de Antioquia, que le otorgó en abril de 2001 la medalla “Liceísta Distinguido”...</p> |
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ISSN: | 0120-5498 2389-8356 |