Summary: | En este artículo se presenta a la biblioteca pública como ambiente potenciador del afecto y a la lectura como práctica que fortalece el vínculo afectivo en las familias. En primer lugar, puede decirse que la biblioteca, en contextos sociales signados por la violencia y otros problemas sociales, se convierte un espacio muy importante para el encuentro de los niños con la lectura, por lo que allí tiene lugar en términos de acogida al recién llegado para el reconocimiento de su propia singularidad y la de los otros; se convierte en una institución que ayuda a criar por el acompañamiento que le brinda a las madres, padres y cuidadores; y favorece el establecimiento de relaciones intersubjetivas soportadas en la confianza, el cariño y el afecto por los otros y su propia historia de vida. En segundo lugar, la lectura no se concibe como una práctica aislada y solitaria, sino más bien como una práctica vinculante y potenciadora del afecto. La lectura como dinamizadora del lenguaje, introduce a los niños y adultos significativos o cuidadores, en otras posibilidades para el ser-con-otros y para estar-con-otros.
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