Summary: | A fines de la década del ochenta, las producciones de escritoras cubanas comienzan a adquirir visibilidad a partir de las actividades llevadas adelante por grupos de académicas, escritoras y artistas que, con o sin apoyo institucional, se organizan y programan acciones para promover la asunción de una conciencia de género y lograr presencia pública de sus historias y de sus realizaciones culturales. Una muestra de este cambio es la publicación, en 1996, de Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas por Mirta Yáñez y Marilyn Bobes, la primera recopilación de textos narrativos de escritoras cubanas. Este artículo analiza las estrategias de selección y organización de los materiales literarios incluidos en Estatuas de sal porque, aunque las compiladoras no califican el libro como antología sino como “panorama literario”, se observan criterios que contribuyen a promover obras y escritoras y a introducir voces y textualidades que pugnan por ingresar al circuito de obras del ámbito cultural cubano. Al mismo tiempo, esta operación coloca en la palestra a un grupo de escritoras contemporáneas a la publicación del libro y proyecta el porvenir de la narrativa escrita por mujeres.
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