Summary: | Aim: to evaluate the human and material resources available for sedation, and the usual manner of handling them at endoscopic units in Galicia. Methods: a prospective and descriptive study based on the performance, distribution, and analysis of a clinical practice inquiry. We requested information about endoscopies performed, available means for sedation, sedation monitoring, and level of sedation used in each procedure. Results: our inquiry was answered by twenty endoscopic units (thirteen were in public hospitals, and eleven performed complex procedures). Of these units, 80% had a pulse oximeter, 42% had continuous electrocardiography, 40% had a defibrillator, and 45% had a recovery area. The drug most commonly used in gastroscopies was midazolam (76%), and the combination midazolam-meperidine was most frequent in both colonoscopies (72%) and ERCPs (60%). An anesthesiologist was usually available for certain procedures in 15% of units, and as an exception in 65%. Of those inquired, 35% wished to have a full-time anesthesiologist in the unit, 25% wished to have an anesthetist only for certain procedures, and 35% on an exceptional basis. Finally, endoscopists considered that 83% of therapeutical gastroscopies, 87% of therapeutical colonoscopies, 98% of ERCPs, 95% of enteroscopies, and 98% of echoendoscopies deserved sedation. Conclusions: although endoscopists consider that endoscopic procedures should benefit from sedation in a high proportion, the available resources to safely monitor patients are inadequate in some units.<br>Objetivo: evaluar los medios materiales y humanos disponibles para la sedación y el modo habitual de manejarla en las unidades de endoscopia de Galicia. Métodos: estudio prospectivo, descriptivo, basado en la realización, distribución y análisis de una encuesta sobre práctica clínica. Se solicitó información sobre las exploraciones realizadas, los medios disponibles para la sedación, el modo de controlarla y el nivel de sedación usado y deseable en cada exploración. Resultados: la encuesta fue respondida por veinte unidades de endoscopia (trece de titularidad pública y once realizaban exploraciones de alta complejidad). El 80% de las unidades estaban dotadas de pulsioximetría, el 42% de monitorización electrocardiográfica, el 40% de defibrilador y finalmente, el 45% de sala de recuperación. El fármaco más utilizado en las gastroscopias fue el midazolam (76%) siendo la asociación midazolam-meperidina la sedación más utilizada en las colonoscopias (72%) y la CPRE (60%). El anestesista estaba disponible para determinadas exploraciones de forma habitual en el 15%, y de forma excepcional en el 65% de las unidades. El 35% de los encuestados desearía tener un anestesista en la unidad a tiempo completo, el 25% sólo para exploraciones determinadas y el 35% sólo para casos excepcionales. Finalmente, los encuestados consideran que es necesario algún grado de sedación en el 83% de las gastroscopias terapéuticas, en el 87% de las colonoscopias terapéuticas, en el 98% de las CPRE, en el 95% de las enteroscopias y en el 98% de las ecoendoscopias. Conclusiones: aunque los endoscopistas consideran que los procedimientos endoscópicos deben ser sedados en una proporción elevada, en algunas unidades los medios disponibles para monitorizar con seguridad a los pacientes son insuficientes.
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