Summary: | Tanto en la cinematografía decimonónica como en las realidades virtuales de la revolución informática, una serie de elementos que nos refieren a un horizonte sinestésico -sonoro, táctil, visual- han constituído uno de los inestables fundamentos de las sensibilidades artísticas y juveniles. Las culturas y las sensibilidades de la juventud de nuestros días viven asimismo, y quizás mucho más en países como el nuestro, un conflicto entre la densidad del lugar y el efecto deslocalizador cada vez más radical de los medios audio-visuales e infográficos. Se intenta abordar aquí el carácter histórico de estos efectos deslocalizadores, dentro de los cuales la experiencia de la ciudad ha jugado y sigue jugando un importante papel.
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