Summary: | Chiapas es uno de los estados
mexicanos de mayor biodiversidad del
país, en parte por la gran diversidad
cultural que lo caracteriza, así como
por su propia trayectoria histórica que
permeó el devenir de los recursos
naturales y de los saberes tradicionales
de los pueblos indios en
torno a los cuales se fue forjando su
cultura e identidad. El interés de las
transnacionales por patentar los
organismos vivos, configura un
biopoder, que se ejerce en contra de
la población, la vida y los seres
vivientes (Foucault, 2000).
El argumento central de este
trabajo gira en torno a cómo el poder
tiene que ver con el control y difusión
del saber. El trabajo considera la
relación entre los derechos de
propiedad intelectual y las tecnologías de nueva generación que permiten la
apropiación de los organismos vivos
en los países del sur por los grandes
consorcios mundiales, mismos que se
han visto fortalecidos al ser trasladadas
las negociaciones de las patentes
sobre organismos vivos a la
Organización Mundial del Comercio,
con lo que aumenta el riesgo de
biopiratería y de pérdida de la riqueza
biológica para los países emergentes.
Por último, analizamos un intento
de piratería biológica en Chiapas
consistente en un convenio para la
obtención de derechos de propiedad
intelectual de la herbolaria maya por
parte de algunas instituciones de
investigación vinculadas a empresas
bioquímicas y farmaceúticas, mismas
que buscaban legitimar el reconocimiento
de los derechos privados
sobre los derechos comunes de los
indígenas, mediante la apropiación de
los recursos fitogenéticos.
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