Summary: | <p>El presente estudio arroja nueva luz sobre el debate en torno a la <em>Dedicatoria al duque de Béjar</em> (Luis de Góngora, <em>Soledades</em>, 1613: «Pasos de un peregrino son errante»), sin duda la obertura más ambiciosa del Barroco hispánico. Se procura razonar aquí cómo las lecciones de Andrés Almansa y Mendoza, José de Pellicer y Tovar, García de Salcedo Coronel, el anónimo antequerano (Francisco de Cabrera), Martín Vázquez Siruela y, ya en nuestros siglos, Dámaso Alonso, Herman Brunn, Leo Spitzer, Maurice Molho, Robert Jammes, Antonio Carreira, Nadine Ly, John Beverley, Mercedes Blanco, Joaquín Roses, Juan Matas, Crystal Chemris, Mary M. Gaylord, Gaspar Garrote y Paola Encarnación Sandoval, por orden cronológico, consienten todavía un asedio que nos permite vincular al <em>poeta</em> con el <em>peregrino</em> <em>errante</em> que protagoniza el poema, al dedicatario con el «pastor filósofo» de la <em>Soledad</em> I, los <em>pasos</em> con los <em>versos</em> y, por último, la <em>selva</em> con la <em>silva</em>.</p><p> </p>
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