Summary: | Uno de los legados menos reconocidos de Jean Jacques Rousseau fue el de la desconfianza de la sociedad capitalista. Suañoranza de comunidades chicas, simples y totalizadoras a la vez, únicamente en las cuales cada individuo lograría desarrollarseplenamente, resultó ser una emoción recurrente en el pensamiento de los últimos cincuenta años. Frente a apariciones de nuevosdesarrollos humanos, sean tecnológicos o en las relaciones sociales, las voces mayoritarias de la comunidad intelectual occidentalfueron teñidos por una constante desconfianza y una nostalgia de pasados idealizados fundamentalmente por el rechazo alpresente. El aborrecimiento de esa incapacidad de aceptar el momento histórico que se vive y vivir analizando el presente conparadigmas del pasado, es el motor inicial que mueve a los consultores políticos ecuatorianos, Jaime Durán Barba y SantiagoNieto. Salvando las distancias, se puede decir que mientras el ginebrino y sus seguidores prefieren imaginar un mundo distintodesde el cual modificar la realidad, los ecuatorianos aceptan el desafío de vivir en el presente y trabajar sobre él.
|