Summary: | Hacia fines de siglo XX, la frontera territorial que alguna vez le sirvió a la literatura para repartir cuerpos y significados adentro y afuera del orden nacional-estatal se transforma ahora en una línea de vida que pasa por los cuerpos, separando brutalmente sobre el continuum de lo viviente ciudadanos de poblaciones encerradas ‘afuera’ del Estado, confinadas en tanto nuda vida a la esfera prepolítica de la reproducción de lo viviente. Así, en la ciudad en ruinas de El aire lo más importante parece ser lo biológico, lo somático, la realidad biopolítica de lo corporal como objeto de una nueva territorialización del poder que es también un nuevo régimen de significación de la novela.
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