| Summary: | Las administraciones públicas en España empezaron a utilizar las redes sociales horizontales hace menos de una década, desde entonces con sus propios perfiles han ido construyendo su marca 2.0, siendo esta la suma entre la identidad digital que desde las propias administraciones se generaba a través de los perfiles sociales institucionales y gestionados por la propia administración pública y la reputación que el entorno construía al “hablar” y “conversar” con el perfil institucional de las administraciones. Después de estos años es necesario analizar de nuevo la identidad 2.0 de las administraciones públicas, de modo que esta ya no se construye únicamente a partir del perfil institucional sino que es el resultado de la identidad digital de diversos colectivos, en primer lugar el perfil de la administración pública, en segundo lugar la identidad digital de sus directivos públicos, en tercer lugar los empleados públicos que la componen y por último lugar se debe incluir la identidad digital de actores muy estrechamente relacionados con la administración pública en cuestión. Más allá de conocer como es la nueva identidad se deberán analizar las ventajas, los inconvenientes y los riesgos de esta “nueva identidad 2.0”, especialmente aquello relacionado con los comportamientos individuales de los actores que no son el propio perfil institucional. ¿Las administraciones deben influir, y cómo, en los usos personales de las redes sociales si estos afectan a la identidad de la organización?, ¿Son conscientes estos actores no institucionales que el uso personal de las redes sociales influye a la identidad 2.0 de la organización?
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