Summary: | Dado que la malnutrición es una complicación frecuente en los pacientes con cáncer, es necesario identificarla con herramientas sencillas. La valoración subjetiva global (SGA) es un medio para valorar el estado nutricional basado en parámetros clínicos y puede ser empleada por un clínico con un entrenamiento básico. Nuestra intención es determinar la utilidad de la SGA empleada por personal ajeno a Nutrición Clínica para comprobar si se identifican adecuadamente los pacientes con malnutrición. En nuestro estudio se incluyeron treinta pacientes ambulatorios de ambos sexos con diversas formas activas de neoplasia, en tratamiento con quimio o radioterapia. Se realizó la SGA de forma independiente por el personal de Oncología y el de Nutrición Clínica tras completar los pacientes parte del cuestionario; asimismo se realizaron determinaciones bioquímicas y antropométricas. Se diagnosticó malnutrición o sospecha de la misma en el 63% de los pacientes al ser valorados por Oncología, el 30% por Nutrición Clínica y por medidas antropométricas el 26%. La incidencia de malnutrición fue baja debido a que el tipo de cáncer mayoritario fue el colorrectal. En Oncología se tendía a diagnosticar más malnutrición debido a un entrenamiento insuficiente; sin embargo, la SGA fue útil ya que no se perdió ningún paciente malnutrido y se identificó al 50% de los pacientes bien nutridos, quienes no necesitan intervención nutricional.<br>As malnutrition is a common complication among patients with cancer, it seems necessary identifying it with simple tools. Subjective Global Assessment (SGA) is useful to evaluate nutritional status on a basis of clinical parameters and can be used by any clinician with a basic training. Our intention is to determine usefulness of SGA applied by staff not working at Clinical Nutrition to guess if they identify properly malnourished patients. We included in our study thirty male and female patients with several types of active neoplasm who were being treated with chemo or radiotherapy. Oncology and Clinical Nutrition staff used SGA separately after the patients answered the form; there were also taken biochemical and anthropometrical determinations. Sixty-three percent of patient were diagnosed as malnourished or suspected being so by Oncologists, 30% by Clinical Nutrition staff and 26% by anthropometrical means. Incidence of malnutrition was low because the most common neoplasm among patients in the study was colorectal cancer. Oncologists tended to diagnose more cases of malnutrition due to a deficient training; nevertheless, SGA was useful because none of the malnourished patients was misdiagnosed and half of the well nourished patients were correctly identified as ones with no need for nutritional support.
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