Summary: | Este artículo considera la cuestión de la importancia social que pudo acarrear la acusación de «maldiciente» de las mujeres en el ambiente de las cortes del siglo XV. El punto de partida es un acta notarial en la que se describe una cierta actuación del poeta valenciano Ausiàs March. En ella se trasluce que a March le importaba muchísimo que constara por escrito que él no había ido soltando por la corte del duque de Gandía críticas al género femenino, lo que podría considerarse una falta de cortesía caballeresca. A raíz de este documento, se propone que los tres intentos literarios conocidos de la figura algo posterior de Pere Torroella (Pedro Torrellas) de restar importancia a su notorio poema misógino, el Maldezir de mugeres, fueron más auténticos de lo que podríamos suponer en una primera lectura de su obra.
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