Summary: | La forma en que se definen los cuidados varía de unos estudios a otros, lo que, en consecuencia, tiene sus implicaciones tanto en la investigación como en las políticas
que derivan de los diferentes enfoques. En el artículo se propone una reflexión a partir del prolífero e inacabado debate sobre el „care’ que está desarrollándose en los últimos años en el entorno europeo. En primer lugar, se exploran las posibilidades que presenta la herramienta conceptual „domesticación del trabajo‟ para analizar la complejidad que presentan los cuidados para su análisis, así como su especificidad al incorporar además de los aspectos materiales, los aspectos afectivos y los morales. En segundo lugar, se revisa la noción care en tanto que permite incorporar en el análisis las tres dimensiones
anteriormente señaladas (materialidad, moral y emociones). En tercer lugar, se revisa la propuesta del modelo social care como una forma de pensar sobre la responsabilidad moral y política de los cuidados, así como el valor social (reconocimiento) que éstos tienen. Frente a las políticas de conciliación, que han tenido, como efecto paradójico, la consagración de la doble jornada para las mujeres, el modelo social care revisa la forma en que se organizará la provisión social del care implicando a los diferentes actores sociales, entroncando así con las propuestas realizadas desde los años 80 sobre políticas de tiempos. Todo ello implica un replanteamiento de la responsabilidad moral y política de los cuidados. El debate está abierto.
The way in which care is defined, varies from one study to another, and in consequence, has its implications both in the research as in the policies that arise from the different
approaches. On the article, a reflection is proposed starting from the prolific and unfinished debate about „care‟ which has taken place in the last years in Europe. First of all, we explore the possibilities of the theoretical tool domestication of work”, whereas it constitutes a useful conceptual proposal to rethink the different types of work, as well as the social value that they have, when incorporating, besides the material aspects, the emotional and moral dimensions. Secondly, it is explored the notion of care, while it allows to include in its analysis the three dimensions previously indicated (material, moral and emotions). Finally, the model of social care is proposed as a form of reflection about the moral responsibility of care and its social value (recognition).
Confronting the conciliation policies that have produced, paradoxically, the adoption of the double work turn for women, the social care model re-examines the way in which the social provision of care will be organised, involving the different social actors, thus connecting with the proposals made since the 80‟s about time policies. All this implies to rethink the moral and political responsibility of care. The debate is open.
|