Summary: | Con relativa independencia de su nivel social, edad y sexo, los residentes de las ciudades chilenas de Santiago, Antofagasta y Temuco muestran una significativa disposición a la integración residencial con personas de otra condición social. Sin embargo, dicha valoración de la integración enfrenta, por una parte, obstáculos y temores concretos (como el menoscabo a las plusvalías o respecto de la formación de los hijos) que dificultan que se materialice en barrios menos segregados; y por otra, actitudes y conductas "clasistas". En términos prácticos, esta cultura urbana tensionada y ambivalente, junto a la relativa asimetría que presenta la segregación residencial entre sus dimensiones principales en el medio latinoamericano y a la prevalencia de una mezcla de indiferencia y tolerancia en la relación con el "otro", propia de las ciudades modernas, otorgarían viabilidad cultural a futuras políticas de reducción de la segregación.
|