Summary: | (ES) Recuerdo muy bien cuándo y cómo tuve por primera vez conocimiento de quién había sido José María de Pereda. Lo recuerdo como se suelen recordar las cosas de niño, porque yo tenía entonces sólo nueve años. Y lo he recordado mucho tiempo después, ahora mismo, porque en aquellos momentos de mi infancia andaluza nada podía hacer presagiar que, pasado ya más de medio siglo, mi relación con Pereda habría de ser mucho más estrecha y cercana: tan profunda y personal como que mis últimos años de vida activa como funcionario dedicado a tareas educativas los he pasado en la casa que el novelista se hizo construir en el barrio de la Iglesia, núcleo espiritual del municipio de Polanco: como quien dice, he sido su huésped póstumo. Allí, además, he podido atisbar algunos aspectos de la vida del novelista montañés poco conocidos pero no carentes de interés: éste es el motivo por el que, al hilo de vivencias muy personales, publico este escrito, junto con algunas ilustraciones inéditas, en la revista digital en la "casa de Pereda".
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