Summary: | La Unión Europea está experimentando cambios sustanciales ligados a su nueva Constitución, lo que ha abierto el debate sobre el buen funcionamiento de la Administración en toda Europa, pues ésta requiere un equilibrio entre la regulación económica y la democracia política.
En tal sentido, para que una autoridad administrativa sea realmente independiente y pueda cumplir su función reguladora con éxito, es necesaria su desvinculación total con respecto al Gobierno central, de tal manera que su accionar sólo tenga como juzgador ulterior a la población, a través del legislativo y las fuerzas políticas que lo conforman.
Sin embargo, no debemos limitarnos totalmente a ello. Veremos pues, a través del presente artículo, cómo la independencia de la Administración no debe verse limitada a lo anterior, pues se deben observar los parámetros que impone la Constitución.
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