Summary: | En la actualidad, hablar del territorio habitado, parece ser más apropiado que solamente centrar los distintos hechos sociales en la ciudad o, en un sentido un poco más amplio, en el contexto urbano. En ese sentido, la comprensión del territorio requiere de visiones refrescadas y la inclusión de la compleja relación entre las escalas de territorio y sus aspectos basales de sustentabilidad energética y económica, así como el diseño y planificación del territorio. En el presente número, se presenta una conjunción de trabajos que abordan estas problemáticas multidisciplinarias, y desde básicamente tres esferas de la investigación: la naturaleza del territorio y sus sistemas hídricos y económico-productivos, la importancia de diseño como moderador del paisaje urbano, y el imaginario colectivo como el registro más diáfano de interpretación del espacio vivido. En primer lugar y desde un prisma geográfico, dos trabajos encabezan y aportan de manera ilustrada, con una mirada sobre la dinámica del sistema urbano-regional costero, y desde dos ámbitos. El primero de escala internacional, en donde María Christina Fragkou, Teresa Vicent, Xavier Gabarrell, relevan la importancia de los flujos energéticos como herramienta de análisis territorial. A través de la revisión del caso de la Región Metropolitana de Barcelona, las autoras reflexionan en que “el estudio del metabolismo energético a escala urbana y regional es una herramienta” que permite replicar el uso de la energía y se plasmada en ”concretas propuestas de planificación con el fin de ahorrar recursos y alcanzar el objetivo de la autosuficiencia energética”. De esta forma, una ciudad más eficiente energéticamente sin duda incluye la anhelada sustentabilidad. Por su parte, Antonio Daher pone en discusión desde la visión nacional y regional norte, como la estrategia de “cluster minero” en Antofagasta, cuya región es emblemática del modelo exportador, clama por una aún esperada sustentabilidad del crecimiento económico y el desarrollo social de la región. El autor agrega que es fundamental y urgente lograr una mejor distribución territorial del cobre, como el ”sueldo de Chile”, para con ello “reducir la brecha entre sus máximos ingresos per capita y su mayor pobreza multidimensional en sus áreas de vivienda, salud y educación; y tender hacia un crecimiento más sustentable”. Posteriormente, se explora la importancia del diseño urbano, a través de una trilogía de trabajos que se sitúan el hábitat residencial y diversos senderos y recorridos, tanto en el ambiente urbano como natural. Dentro de este grupo, Lorena Urbano y Monserrat Delpino nos invitan a explorar el paisaje penquista desde la convivencia y seguridad en espacios comunitarios del movimiento moderno. Usando como escenario la trascendida Remodelación Paicaví en Concepción, las autoras ponen en discusión la dialéctica que ofrece aplicar patrones urbanos como la supermanzana y sus implicancias en el espacio púbico y tejido urbano mayor, advirtiendo dificultades para la interacción de los habitantes y comprensión del barrio. De esta forma, las autoras abogan por las necesidad de metodologías imbricadas de análisis que permitan diagnosticar elementos del entorno tanto inmediatos como mediatos. Por su parte, Paulina Espinosa, Bruno de Meulder, Mabel Alarcón y Leonel Pérez nos presentan una investigación sobre el urbanismo del paisaje, sumergiéndose en el caso del Río Andalién, Concepción. Desde la relación dialéctica agua-ciudad, los autores construyen un atlas exploratorio que permite adentrarse en “la valoración y evaluación de los elementos del paisaje, en busca de conflictos y potencialidades en relación a la urbanización”. Es así que el análisis ha permitido detectar alteraciones en los ciclos del agua y en el territorio que ponen en cuestionamiento temas fundacionales como es el emplazamiento de la ciudad y su relación con el río. Laura Gallardo, nos invita a “la reflexión cotidiana en el proyecto arquitectónico”, relevando el actuar del ser humano en el centro de la discusión y en la actividad arquitectónica-proyectual. Dentro de un recorrido en espacios urbanos de alta significancia de Santiago y Valparaíso, se retratan las vivencias en la calle, el bar y la casa, como tres espacios esenciales en la vida cotidiana, los cuales debería ser recuperados en todo análisis que concierna a la ciudad y sus sistemas básicos. Un tercer grupo de trabajos, lo constituyen dos investigaciones sobre la valoración del imaginario urbano, como herramienta veraz de captura del espacio vivido. Luis Campos y Romina Álvarez nos invitan a descubrir la retórica de dos publicaciones en Santiago, Chile: “Santiago en 100 palabras” y la Revista “Vivienda y Decoración”, del diario El Mercurio, las cuales en conjunto, permiten apoyar la reflexión principal de los autores, respecto a que estos imaginarios apodados como la “ciudad abreviada” y el “barrio alto”, son en definitiva, los “esquemas de percepción y organización de la ciudad que surgen de nuestro almacenamiento de representaciones y contenidos intencionales, y que quedan disponibles para nuestro desempeño práctico posterior”. Esta visión de lo vivido es discutido también desde las formas arquitectónicas del urbanismo fluvial en Valdivia, que Gerardo Saelzer y Simón Urbina nos presentan. Aportando con un relato cartográfico y historiográfico, los autores van detrás de “rescate cultural” de éste espacio fluvial y dentro de un periodo registrado de dos décadas (1973-1960), reparan en que dicho recurso fluvial, ha sido cercenado en su estructura original y alejado de un urbanismo que relacione a Valdivia con su territorio habitado. “Es decir, desde la funcionalidad del río a la sensibilidad estética, de regreso a la funcionalidad social de la ciudad”. Hemos querido culminar este número con el trabajo de Francesco Gastaldi y Federico Camerin acerca del proceso de gentrificación en Génova, en Italia, como proceso de regreso a la ciudad central, la cual reúne de alguna forma, el riesgo de los atributos de sustentabilidad, la presencia del agua, el diseño cívico y la memoria colectiva que han sido revisados en los aportes precedentes. A partir de las transformaciones urbanas de 1992, los autores describen los cambios en el estilo de vida y en el uso de las viviendas, que ha sido cada vez más demandado desde el presente siglo, evidenciado por los precios de compra y de alquiler, facilitando con ello, el desplazamiento de habitantes tradicionales del centro. Aun cuando este desplazamiento no ha sido tan severo y entonces entendido mas como un proceso de gentrificación “suaves” por los autores, “una gran parte del éxito de Génova depende de la capacidad de la ciudad y de su sistema urbano para integrarse en nuevas redes internacionales y competitivas”. De esta forma, los ocho trabajos que se presentan, permiten epilogar sobre la necesidad de amplificar la visión del territorio como parte de un sistema que cohabita con la ciudad, con lo urbano y, esencialmente, con diversas formas de habitar el espacio sea este, un centro de ciudad, un borde costero o una gradiente acondicionada por la sociedad y en un momento histórico definido. Es por ello que la sola integración y organización de estos valiosos trabajos desde un enfoque multiescalar y multidisciplinario, aportan a una re-mirada desde la disciplina del urbanismo y sus asociaciones con el paisaje, la geografía y la ecología, por nombrar algunos
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