Summary: | <p>Son pocos los nombres del panorama compositivo actual a los que se pueda reconocer un papel de verdadera trascendencia en el intento, tantas veces fallido, de unir musicalmente las culturas de América y España. Entre ellos, ninguno hay que brille con fuerza propia, ganada a pulso constante, como Carlos Cruz de Castro. Los lazos que le unen con Iberoamérica son muy sólidos y sellan algunas de sus etapas vitales que, por su condición de compositor, interesan definitivamente a su producción musical.</p> <p>América tiene un doble significado en la música de Cruz de Castro: por un lado las páginas cuya ideología sonora está ligada a una vinculación personal, sentimental e incluso espiritual del compositor con Iberoamérica; por otro, las obras cuyo origen se asocia a la celebración de los Festivales Hispano-Mexicanos de música contemporánea, en los que el compositor invirtió inmensos esfuerzos, encomiable entusiasmo, y más de diez años de trabajo.</p>
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