Summary: | En esta segunda parte se analizan los vínculos de subordinación del quehacer científico con lo que se designa como la lógica del poder y la dominación, a través de dar prioridad absoluta a los hechos sobre las ideas y favorecer el conocimiento capitalizable por la innovación tecnológica, la cual es decisiva en la rentabilidad y competitividad de las grandes empresas (los intereses de lucro que gobiernan el planeta), y base de los mecanismos de control político-social de las conciencias y de la disidencia.
La crítica del reduccionismo científico reconoce la necesidad de otra idea de progreso humano que reoriente a los científicos a fin de conferirle a sus saberes (ideas) un poder liberador y cuestionador —diluido y desvirtuado entre miríadas de hechos— imprescindible en la búsqueda de sociedades deliberativas, pluralistas, incluyentes, igualitarias, justas y colaborativas donde primen la dignidad humana y el respeto al ecosistema planetario.
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