Summary: | La imagen de Heráclito como el filósofo llorón ha sido celebrada en la historia de la doxografía. El propio Platón, heredero de las enseñanzas del devenir, se muestra reticente al conocimiento de las cosas del mundo sensible, formulando su teoría de las formas. Pero la visión del devenir continuo de lo sensible no reviste pesimismo en Heráclito. Con un juego de dos parejas de opuestos, desperdicios/hermosos y azar/orden nos da su definición del mundo sensible: «hermosos desperdicios» y «ordenado azar». Como desperdicios y azar se presentarán a los hombres con ideas propias; será necesario asemejar la mirada a la de un dios para ver la belleza y el orden. Para el que ha alcanzado la posición ante el mundo que posee el sabio, a la que Heráclito exhorta, el devenir se muestra como la belleza del cosmos.
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