Summary: | En la primera mitad del siglo XVIII el gusto por la ornamentación mural se extendió por los edificios más relevantes de Granada alentado por las órdenes religiosas y por la nobleza. En este ambiente artístico, Juan de Lizana decidió impulsar la pintura de los antecamarines de la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, para ensalzar el papel ejemplarizante de María, acorde con los parámetros contrarreformistas. Este artículo pretende mostrar los resultados de las últimas investigaciones realizadas sobre la extraordinaria decoración pictórica de los antecamarines, que a su vez se constituye como un recurso histórico de primer orden para comprender este fascinante periodo histórico.
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