EDITORIAL

Hay buenos motivos para dudar del concepto de sociedad de la información, puesto que la misma está inmersa en un proceso de globalización que desencaja los conceptos parcializados y especializados que se tiene del conocimiento. Los medios, la economía, la supranacionalización de las políticas no esc...

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Bibliographic Details
Main Author: Jesús Alberto Andrade
Format: Article
Language:Spanish
Published: Universidad del Zulia 2008-01-01
Series:Enl@ce
Online Access:http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=82350101&iCveNum=8231
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description Hay buenos motivos para dudar del concepto de sociedad de la información, puesto que la misma está inmersa en un proceso de globalización que desencaja los conceptos parcializados y especializados que se tiene del conocimiento. Los medios, la economía, la supranacionalización de las políticas no escapan a los fenómenos globalizantes de la cotidianidad.Nuestra modernidad occidental se corresponde con la era de la comunicación mundial. La percepción de los medios de comunicación constituye un hecho trascendental porque va más allá de lo enmarcado y observable. El centro del conocimiento sigue siendo el ser humano, pero no aislado y pensante, sino mediatizado por la tecnología electrónica usada en la cotidianidad. Los medios electrónicos nos hacen testigos de la simultaneidad de acontecimientos a la vez que crea espacios para nuevos conocimientos que generan confianzas y críticas en esta sociedad basada en la información.Los medios fascinan hasta tal punto que muchas personas los asumen de una manera fetichista, no por el mensaje que los medios transmiten, sino por la tecnología misma o, mejor dicho, por los aparatos, que transgreden las fronteras de la sociedad y el pensamiento. Pareciera que entre más técnica sean las circunstancias sociales, más irrelevante será su contexto.Con el fetichismo de la técnica y sus aparatos, se oculta lo social. Aún así, lo fascinante del medio se expresa en la preeminencia de la comunicación. La televisión, el cine, los computadores ciertamente son aparatos que sirven de interface entre los aspectos técnicos implícitos y los aspectos ideológicos y políticos presentes en el acto de comunicar, los cuales evolucionan sin considerar la capacidad de asimilación del ser humano.La realidad mediática y virtual se ha convertido en la infraestructura tecnológica de nuestras vidas cotidianas. Afortunadamente, existe un vínculo entre la complejidad del pensamiento y la artificialidad del medio que nos permite ser críticos de la realidad del conocimiento. La sociedad de la información es la sociedad del no conocimiento, porque con la presión de las tecnologías de información y la abrumadora cantidad de datos por procesar, pretendemos interpretar todos los fenómenos como problemas derivados del desconocimiento. De manera que la sociedad de la informaciónes también la sociedad del desconocimiento.La autoridad para el conocimiento pareciera centrarse no en el conocimiento mismo, sino en las fuentes de información. Internet es una prueba del lugar donde la credibilidad del conocimiento se cuestiona en forma más aguda. No importa mucho el grado de verdad que el conocimiento genera,sino que la confianza esté centrada en las fuentes de información. Por supuesto, esto ofende la moral científica del conocimiento. La ética debe aprender a convivir con la cada vez menor jerarquía de los valores.Se buscan mecanismos de validación (o contrastación) del conocimiento a través de fuentes de información más confiables que aquellas dictaminadas por el mercado. De allí la importancia de los sistemas que registran a las fuentes hemerográficas. En Enl@ce, nos empeñamos en ser un referente confiable para la ciencia. No nos basta con publicar la verdad del conocimiento, tenemos que validar nuestras fuentes, para que la revista sea confiable en la producción científica de conocimiento.No nos ha hecho falta comercializar el conocimiento para hacer de la revista un punto referencial en los sistemas de difusión científica. La visibilidad de Enl@ce ha crecido exponencialmente sin tener que recurrir al mercado. Hemos sentado las bases para el desarrollo de aspectos asociados a programas de investigación, en particular a los aspectos concernientes a la difusión del conocimiento.Cada vez son más los índices que reconocen a Enl@ce como una fuente válida de conocimiento.Hemos sido incluidos en el Directory of Open Access Journals (DOAJ) y en Hispanic American Periodicals Index (HAPI), dos fuentes referenciales de amplio reconocimiento internacional. Recientemente,Redalyc, como sistema de información científica, ha clasificado a Enl@ce dentro del acervo de revistas de Ciencias de la Información y esto representa un avance en la difusión científica.Podemos exhibir con orgullo que somos parte del acervo iberoamericano que pretende romper la brecha del conocimiento científico disponible en la región. Contribuimos con ello, a la posibilidad de acceder a la información especializada y científica que se produce en Iberoamérica, lo que hace de Enl@ce una fuente de información confiable y visible para el mundo.
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