Summary: | Como es muy conocido, examinando los dos escalafones más importantes de la competitividad, Colombia se ha ubicado en un período largo de tiempo, en la franja media, de acuerdo con el puesto alcanzado en cada ranking. Además, las tasas de crecimiento del país han dependido más del vaivén de los precios de los commodities que de la orientación de la economía hacia la generación de valor para el mercado. Estos dos factores vienen presentándose en un período largo de tiempo, por lo que se puede decir que el fenómeno de baja competitividad y, por tanto, bajo crecimiento, es un hecho estructural. La sensación que se tiene es que Colombia no ha podido avanzar en la materia.
Como es obvio, esta situación se vuelve común y la población comienza a preocuparse por lo que está pasando: que somos un país regular desde el punto de vista competitivo. Como respuesta, gente de economía y negocios en el país viene planteando la necesidad de elevar la productividad, haciendo eco de voces que han resaltado esta variable como el elemento central en la economía mundial actual. Pero realmente se debe formular la pregunta: ¿Es la productividad suficiente? Esto es ¿si le apostamos a la elevación de la productividad, se puede superar el problema de la competitividad?
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