Summary: | El libro de Molloy gira en torno a modos de escisión, desplazamiento, disolución y fragmentación. El yo del autor (y de sus personajes) se fragmenta ("el 'yo', fragmentado e inasible" [27]), los personajes se construyen a partir de atributos parciales, las tramas no se construyen a partir de unidades coherentes, los detalles anómalos socavan cualquier certidumbre. Es famoso su uso de la palabra vaivén (15) para describir los modos en que Borges deshace la unidad, y sus usos complejos de la idea de supplément para mostrar que en Borges hay excesos (Mlejnas es el otro planeta mencionado en el artículo sobre Uqbar, mientras que en "Los teólogos" y "Las ruinas circulares" el motivo del doble se desestabiliza con la presencia de otros anteriores y posteriores [74-78]) que hacen que el lector vislumbre grietas o lagunas en la aparente simetría del texto. Del vaivén dice: "la convicción explícita, dentro de ese texto, de la no fijeza, con su previsible rastro o añoranza de fijeza. [...] Ese carácter voluntariamente pasajero del texto borgeano que se sabe, y se declara, lugar de transición" (15). Desde su primera poesía y los ensayos tempranos hasta su producción tardía, los textos de Borges inquietan al lector, lo dejan al acecho de cierres que son postergados ("la inminencia de una revelación, que no se produce"), que obligan a releer. En este libro (y en los ensayos posteriores sobre Borges que agrega a la edición de Beatriz Viterbo en 1999), Borges es un escritor que enseña a leer con desconfianza y con suma atención
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