Summary: | En Colombia se ha venido aplicando
el modelo de control fiscal que definió la Constitución de 1991, en el cual
los departamentos y municipios disponen
de autonomía para la organización
y selección de los respectivos
contralores. En lugar de mejorar el
sistema de control fiscal, la politiquería
y el clientelismo político lo han
deteriorado en su calidad, con el consiguiente
aumento innecesario de
gastos en su operación. Esto ha facilitado
la realización de numerosos ilícitos
en los gobiernos locales y ha estimulado
el avance de la corrupción.
En este trabajo se establece un diagnóstico
de la situación y se plantea
un nuevo modelo que corresponde a un sistema integral de control fiscal
para la nación colombiana, cuyas funciones
serían técnicas, no políticas,
para lo cual se conformaría una rama
especializada, técnica y autónoma del
Estado colombiano, que cubriría la vigilancia
fiscal en los diferentes niveles
del Gobierno: central, departamental
y municipal.
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