Summary: | "A mí siempre tenedor de libros me pareció un oficio cómico; no dejaba de asociar el tenedor con la mesa y su presencia con unlibro me desternillaba de la risa" Guillermo Cabrera InfanteOscar Pelayo se hace llamar Tedy. Lee. Por días. Y vende libros. Desde cualquier ángulo de mirada, en una primera impresión,es Tedy cuerpo y estética de un tiempo ausente: aquel que deambula, a través de bizarras postales de la urbanidad, en el místicobaúl de los oficios en vías de extinción. Porque, mal que le pese, la composición "tenedor de libros" ya no constituye unareferencia cultural. Menos una categoría laboral. Por consiguiente se resiste, parece decir Tedy, con lo que se tiene: un tablón,cajas de cartón, caballetes. Entonces, no queda otra que sacar lustre a una vieja obstinación: la pasión por la lectura. Y ofrecerediciones inéditas, viejas, elegantes, de escaso valor y llenas de un perfume íntimo, mínimo. Poner el cuerpo, sí, y pescar algúntranseúnte: ese es su mundo. Ofrecer, recomendar, ser escuchado: acciones de la permanencia. Narrar historias detrás de lashistorias que ni siquiera vende: regala. Tedy: una compilación, una antología casera de la familia que lo rodea. Los libros.
|