Summary: | El ser humano tiene una indiscutible especificidad biológica y cultural; sin embargo, de manera inevitable se relaciona con las cosas de su entorno, las utiliza y, con frecuencia, las agota más allá de la capacidad misma de recuperación de ese entorno. Surgen entonces los novedosos y graves problemas ambientales que terminan comprometiendo las posibilidades mismas de sobrevivencia de nuestra especie, así como de toda posible forma de vida. Esta situación exige actitudes y comportamientos por parte de ese ser humano que respondan, respecto de sí mismo y de las cosas de ese entorno, de manera coherente con la índole y gravedad de sus actos. Dar cuenta de los propios actos y generar normas que orienten al respecto, corresponden a lo que históricamente se conoce como moral, cuyo estudio filosófico es la ética. Pero una mirada a las éticas históricamente constituidas indica que ellas, debido a su excluyente antropocentrismo, son incapaces de responder a la novedad de los problemas ambientales. Por eso es necesario y urgente pensar en una alternativa ética, tanto con relación a sus principios como a sus temas, que responda a la particularidad y gravedad de los temas ambientales.
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