Summary: | Este artículo investiga dos cuestiones relacionadas: (1) la experiencia sobre el terreno de la feroz guerra de EE.UU. en Afganistán, en contraste con el relato del Pentágono y los medios de comunicación dominantes; (2) los implacables esfuerzos de Obama y el Pentágono para controlar el relato público sobre esta guerra. Mientras la guerra real se extendía geográficamente y la violencia se intensificaba, se redoblaban también los esfuerzos de los EE.UU. para construir una lectura positiva. El examen de los cadáveres (de las fuerzas extranjeras de ocupación y de los civiles afganos inocentes) revela una situación de intercambio. Las élites de los países de los países de la OTAN han comprendido que se han metido en un callejón sin salida y comienzan a dar marcha atrás.<br />
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