Summary: | El presente artículo tiene por objetivo analizar y confrontar las propuestas del crítico y realizador Víctor Iturralde Rúa y del empresario y productor Goar Mestre, en materia de producción audiovisual infantil. La década de 1960 representa una bisagra en la construcción del fenómeno de la infancia, ya que mientras que la Declaración de los Derechos del Niño reconocía al niño como un sujeto libre, la impronta capitalista de las industrias culturales convirtió a la niñez en un nuevo nicho de mercado. Como esta ambivalencia tuvo resonancia en el cine y la televisión infantil, la historiografía estableció una diferencia entre los contenidos comerciales y las propuestas educativas. En la variedad de todas estas producciones se proyecta la impronta de un adulto que configura al niño según una determinada perspectiva. En este sentido, si Iturralde Rúa trabajó por el desarrollo, el estímulo y la autonomía de los niños, Mestre trasmitió los valores de la sociedad burguesa a una infancia entendida como un nicho de mercado. Por su parte, el cine y la televisión fueron el medio y el campo de batalla de estos dos tipos de proyectos: el de la construcción del niño como sujeto u objeto del mercado.
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