Summary: | De Jerónimo a Ildefonso, el propósito y la intención de las biografías sobre hombres ilustres
han cambiado de acuerdo con los intereses de los momentos respectivos en los que se escriben
estas biografías: en el siglo IV, cuando el contraste entre la cultura cristiana y la cultura pagana es ardiente,
Jerónimo insiste principalmente en escritores; deja que prevalezca el criterio literario. En el siglo V, cuando
la vida monástica florece y surgen herejías centradas en los problemas cristológicos, Genadio insiste particularmente
en los monjes que escriben textos monásticos y autores de escritos heresiológicos. A principios del siglo VII, cuando,
por un lado, la memoria del arrianismo aún es vívida en la Hispania visigoda y, por otro lado, emerge ya la
conciencia de una Hispania importante para la concordancia del mundo romano y latino de Occidente,
Isidoro aún insiste en los autores de escritos heresiológicos. Pero ya agrega el tema de los obispos y autores
de la España visigoda. Y a mediados del siglo VII, finalmente, cuando el poder de la monarquía visigoda en España
se ha consolidado, con sede en Toledo, Ildefonso solo está interesado en los obispos con sede en España y
especialmente en Toledo.
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