Summary: | Desde que comenzaron las revueltas antigubernamentales en Yemen, la llamada “revolución de los jóvenes” ha tenido que hacer frente a varios desafíos. La comunidad internacional, basándose en el carácter heterogéneo del movimiento, ha tratado de negar la validez del grupo como interlocutor. La participación tardía de la oposición partidista así como de los antiguos colaboradores e incluso miembros del régimen, está secuestrando el espíritu pacífico del movimiento y su carácter revolucionario. Además, la amenaza de una guerra civil que traería importantísimas consecuencias para la seguridad regional e internacional ha hecho que los actores internacionales hayan sido permisivos e incluso indulgentes con el gobierno de Saleh y sus veleidades a la hora de la firma del acuerdo del Golfo. Todos estos factores contribuyen a que exista una amenaza real de que, la actual revolución yemení, acabe siendo una revolución frustrada y que las ambiciones transformadoras de la sociedad queden en una transferencia de poder que, simplemente, opte por el continuismo.
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