Summary: | Hasta una fecha relativamente reciente la ausencia de estudios referidos a la Sevilla contemporánea constituía uno de los vacíos más sobresalientes de su historiografía local. Esta situación contrastaba con el claro protagonismo histórico —no siempre reconocido— que la capital de la España del Sur había desempeñado durante el período que desembocó en la tragedia de 1936. En efecto, la Sevilla del primer tercio del siglo XX cumplía con creces los objetivos que, según el profesor Tedde de Lorca, la historia local o regional debe perseguir: su carácter de marco de referencia apropiado para examinar, con rigor y profundidad, algunos de los principales problemas de nuestra historia; cubrir vacíos de información, gracias a la observación de cuestiones locales mal o nunca exploradas, y someter las interpretaciones generalmente aceptadas al contraste empírico de nuevos halleizgos. Por todo ello, el estudio de —por ejemplo— los mecanismos de funcionamiento de la vida política local, en una ciudad donde convivieron y desarrollaron su actividad personalidades de la talla de Diego Martínez Barrio, Manuel Giménez Fenández, Pepe Díaz o Manuel Pal Conde, constituía un reto historiográfico de indudable interés.
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