Summary: | Traducción del francés al español de José Humberto Ospina Rojas
“Él se haría un deshonor si reapareciera entre nosotros” ha dicho Gide de Montaigne, quien es, en efecto, como Proust, como Boileau, un autor del cual la tradición ha formado un retrato diferente de ese que debería imponer una lectura sin prevenciones. Gide tiene razón: Montaigne no es el humanista bondadoso y blando, como nos lo han pintado siempre. Y su retrato tradicional está tan depurado de aspectos sobresalientes en el retrato original, que se está tentado de creer, en esos que lo censuran, en una necesidad de defenderse de él, de ciertas constataciones penosas de admitir como difíciles de olvidar. En el siglo XVII, esa actitud defensiva es evidente. Pascal, Arnaud, Nicole, Malebranche, todos atacando sin cesar a Montaigne, lo admiran y le temen (...)
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